[Perspectiva de Margarita]
La condición de Elizabeth había mejorado mucho con respecto a ayer, al menos su pequeño rostro no se veía tan pálido y aterrador como anoche.
Avancé y tomé la silla de ruedas de la enfermera, diciendo suavemente, —No se permite la entrada y salida de otros, todos pueden irse primero, me aseguraré de que Elizabeth regrese segura más tarde.
Los médicos y enfermeras que vinieron con Elizabeth, por supuesto, no cuestionarían mi mando. Asintieron con respeto, respondieron con un 'sí', y luego se fueron, dejándome solo con Elizabeth, mi sirvienta Ruth y yo fuera de la puerta.
—Entremos —le dije a Elizabeth en un tono cálido.
Elizabeth asintió con la cabeza, mirando fijamente la puerta que se había abierto desde dentro.
El aire acondicionado en el centro de investigación estaba un poco bajo, y miré la ropa de Elizabeth, preguntando, —¿Tienes frío? ¿Debería buscarte un chal?
