[Perspectiva de Margarita]
No había nadie detrás de Ángel.
Su pelaje aún parecía tan blanco e impecable como la nieve. No parecía que acabara de luchar contra Elliot. Parecía que simplemente se había paseado hasta aquí.
Bloqueé a Elizabeth detrás de mí, manteniendo mis ojos en lo que Ángel estaba haciendo.
¿Qué había sido de Elliot? ¿Lo había derrotado Ángel? La especulación corría por mi cerebro.
Delante de mí, los labios de Ángel se curvaron en algo parecido a una sonrisa.
—¿Cuánto crees que durarás bajo mi control, Margarita?
—¿Y Elliot? ¿Qué le hiciste? —traté de mantener la calma.
—Él es mi querido hermano. ¿Qué podría hacerle?
Ángel comenzó a rodear a Elizabeth y a mí. Mis pasos seguían cautelosamente sus movimientos, siempre manteniendo mis ojos en los suyos.