—¡Mi rey! —exclamó Virgilio—. Este no es un asunto que requiera violencia. Muchos han cuestionado la elección de esposa del príncipe. Lo ha hecho todo mal con su esposa y como su corte, debemos cuestionar su decisión. ¿Qué quiere esconder tanto?
—No tengo nada que esconder pero no tengo que decirles sobre mi esposa o mi vida. Estoy casado, eso es todo lo que todos en este reino necesitan saber. Estoy seguro de que has vuelto aquí con un gran plan para contar al reino sobre su procedencia de un burdel. ¿A quién más se lo has contado? —preguntó Zayne, apuntando con su espada a Hugo.
Hugo miró a Gage en busca de ayuda. Siempre fue uno de los partidarios de Gage desde el momento en que se anunció que Gage sería el próximo rey. Zayne iba a ser la perdición de Gage y era frustrante que el rey no lo viera.
—No le he contado a nadie pero incluso si lo hiciera, se está esparciendo por su hogar y yo solo hablo de lo que he oído. Deberías encontrar al que lo difundió