Rosa se encontraba junto a una ventana observando cómo un visitante de Anna se marchaba de la mansión. Era el mismo hombre con quien Anna había bailado en el baile y, viendo que venía con frecuencia, probablemente era el hombre con quien Anna deseaba casarse.
Rosa no sabía qué pensar de él ya que no habían hablado y todavía sentía que era demasiado pronto para que Anna decidiera casarse con él.
—¿Qué estás mirando? —preguntó Alejandro, acercándose al lado de Rosa para unirse a mirar por la ventana.
—El pretendiente de Anna está partiendo. He escuchado que le va bien esta temporada. Me alegra que lo que está ocurriendo en el reino no esté afectando su elección de esposo —dijo Rosa.
Alejandro se volvió de la ventana hacia el libro que Rosa sostenía en sus manos. —Mientras ella está ocupada con pretendientes, siempre te veo con un libro o con tu madre a tu lado enseñándote. ¿Es una buena lectura?