Rosa se rió, pensando que Valerie le estaba contando un chiste. Durante todo el tiempo que había trabajado para Zayne, no hubo un momento en que escuchara a alguien referirse a él como un príncipe. Siempre lo llamaban el general.
Cuando Zayne hablaba de sus hermanos, nunca le dijo que su hermano fuera un rey. Zayne no podía ser un príncipe todo este tiempo. Que un príncipe se sintiera atraído por ella antes de saber que era una dama de una buena familia era confuso.
La risa de Rosa se fue apagando mientras pensaba más en los sentimientos de Zayne y en que él fuera un príncipe.
—Así que, finalmente te das cuenta. Es bueno que no te hayas dejado llevar por tener sentimientos por él. Tienes otras cosas de las que preocuparte que de un hombre que solo intenta llevarte a la cama. Es todo lo que creen que las mujeres de un burdel son buenas para hacer. Deberías centrarte en que yo intento hacer algo de ti —dijo Valerie.