Madeline se levantó lentamente, observando a la joven que estaba detrás de su esposo. No podía recordar la última vez que había visto a alguien que se pareciera a ella frente a ella.
Ver a la joven la sorprendió tanto como el hecho de que su esposo les permitiera venir a verla. Madeline nunca esperó ver más de las falsas afirmaciones desde que Victor amenazó con matar a todos los que vinieran a mentir.
—¿Victor, verdad? —preguntó, sujetando su vestido con las manos. Madeline no podía permitirse tener el corazón roto una vez más. Finalmente había salido de ese lugar sumido para cuidar de su otra hija y ser una buena esposa para su esposo.
—Los dejaremos a los dos hablar. Vamos —Victor miró a Zayne. Era hora de que las mujeres hablaran.
Zayne empujó a Rosa hacia adelante para que no intentara irse con él y salió con Victor.
Rosa observó cómo se cerraba la puerta, dejándola con Lady Ambrose.