—Eres audaz al convertirte en la criada de nuestro general. ¿No hay mejores trabajos para ti aquí? —preguntó Mary, desconcertada por la decisión de viajar con gente desconocida—. ¿Sabes cómo usar un arma para protegerte?
Rosa sacudió la cabeza. —Pero si saber lanzar bien una piedra cuenta, entonces sí.
Mary se llevó la mano a la cara. —¿No tenías a nadie cerca que te hiciera entrar en razón o simplemente viste su rostro y te fuiste con él?
Mary respetaba a Zayne pero odiaba ver cómo toda lógica desaparecía para las mujeres que querían estar cerca de él.
Mary tenía que escuchar las bromas de algunos de sus compañeros de que solo se unió al ejército con la esperanza de acercarse a Zayne.
—Pude notar que a Janice no le gustaba pero me animó a viajar. Si me mantengo cerca de Zayne o de ti entonces no debería encontrarme en problemas y necesitar pelear, ¿verdad? —preguntó Rosa.