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Observé primero a los dos guardias en la puerta. No pensaban contactar a nadie y allí estaban, parados.
Si tuviera que abrirme paso por la fuerza, también podría hacerlo. Mi poder aumentaba diariamente, pero aún no podía vencer a Miguel. Sin embargo, podía decir con confianza que la mayoría de las personas en el palacio no eran rivales para mí.
Sin embargo, forzar nuestro camino no era una buena idea. Miguel sabía que había derrotado a Joanna, así que no enviaría solo a algunas personas a guardar la puerta. Además, Miguel restringiría aún más mi libertad si me equivocaba y me atrapaban. En ese momento, estaría en una situación aún más difícil de la que estaba ahora.
Lo más importante, no quería tener más disputas con Miguel en persona.
No sabía cuánto duraría nuestra situación actual, pero antes de que mejorara, planeaba encontrar la verdad a mi manera, y el primer paso era no ser descubierta por Miguel y perder completamente mi libertad.
