—Para ser honesta, dudaba de que lo que Joanna decía fuera cierto.
No creía que Joanna no supiera que Miguel había salido anoche. Siempre prestaba atención a todo sobre Miguel.
Ella escogió deliberadamente este momento para buscar a Miguel por algo más. Joanna y yo habíamos dejado todo claro. También admitió que tenía diferentes ideas para con Miguel y que quería arrebatármelo una y otra vez para probar que ella era la única que finalmente podría poseer a Miguel.
Puse mis manos alrededor del cuello de Miguel y miré sus labios, esperando a que él explicara.
—Lo siento, Cecilia. Tengo que irme ahora... —dijo Miguel.
—Ella está investigando el asunto de la loba contigo, ¿verdad? —Miré a los ojos de Miguel y pregunté. Si Miguel me estuviera mintiendo, lo sentiría.
—Sí, pero todavía estamos... —dijo Miguel.
Interrumpí a Miguel.
—¿Por qué no me dijiste que estabas trabajando con Joanna? —pregunté.