aquí el ultimo capitulo. tuve que resumir un poco ya que sino tardaría varios capítulos mas y ya se hizo bastante largo para ser un especial.
espero les guste dejen sus piedras de poder.
y recuerden que mi otra novela tiene ya 20 capítulos no se la pierda.
sin mas aquí el capitulo.
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Luego quedó el último horrocrux, el cual era la serpiente Nagini. Aunque yo sabía que era una muchacha maledictus, no había nada que se pudiera hacer.
Sobre todo porque ya había sido contaminada por la magia negra de Voldemort, por lo que ahora era como una especie de inferius, ya que hacía años que murió.
Harry también acabó con Nagini, y en ese momento Voldemort empezó a volverse cenizas frente a todos.
—Pobre serpiente por tener un mal dueño —dijo Wanda.
—Era una serpiente zombi, así que al fin puede descansar —dije yo, tranquilizándola.
Luego de la obra que se armó, el Ministerio envió a todos a casa para poder limpiar el lugar, mientras los diarios empezaban a escribir su nuevo número más popular.
Y los demás y yo ya podríamos volver, pero Wanda empezó a molestar con que quería ver las diferencias de este mundo con el nuestro, ya que sintió que Dumbledore y Voldemort eran bastante débiles.
Todos los alumnos tenían que volver a casa mientras investigaban a los profesores de la escuela para asegurarse de que no hubiera otro que estuviera aliado con Dumbledore. Mientras tanto, este sería enviado a juicio para descubrir qué más había hecho.
Mientras tanto, la familia Weasley pidió hablar con Harry un segundo, por lo que estábamos esperando a un lado.
Observábamos a Harry hablando con el señor y la señora Weasley, así como con Ron, quien tenía un rostro culpable.
Mientras Tanto yo estaba viendo una hermosa Rubia que en mi mundo se supone deberia ser mi novia pero aqui somos simplemente desconocidos. por lo que cuando vuelva a nuestro hogar la llamare para escuchar como le fue en su dia.
—Si Sigues mirando asi le contare a nuestra Fleur. y aunque sea ella de otro mundo es muy probable que te golpee— dijo wanda mientras se burlaba. simplemente la mire con molestia y la empuje a un lado.
Luego de un rato, la señora Weasley le dio un gran abrazo a Harry y se marchó con su familia, mientras él volvía con nosotros.
—¿Qué pasó? —preguntó Wanda, la chismosa.
—Nada. Me explicaron que se sentían culpables por nunca darse cuenta de que lo estaban obligando a ser amigo de la familia Weasley. Y parece que Ron solo fue controlado el primer año, pero nunca presté atención porque quería ser mi amigo. Me dijeron que, si quería, podríamos empezar de cero nuestra amistad —dijo Harry, contando lo que hablaron resumidamente—. Pero les dije que estaba bien. Ron estuvo conmigo cuando casi morimos muchas veces. Él era mi amigo —añadió con una sonrisa.
—Ahora que lo pienso, ¿qué pasó con Hermione? No la vi en ningún lado —dijo Wanda mientras buscaba entre los alumnos que subían al expreso.
—¿Hermione? ¿Hablas de Hermione Granger? —preguntó Harry, confundido—. Ella fue amiga nuestra en primer año, luego de que la salvamos de un troll. Pero de repente un día me dijo que todo era falso y se disculpó. Lo último que supe de ella fue que se unió a una escuela mágica en América —dijo Harry, recordando a una vieja amiga.
—Ya veo, ella también estaba siendo controlada. Y cuando se dio cuenta, escapó lo más lejos posible —dije mientras entendía lo que sucedió.
—Bueno, ella es inteligente, por lo que hizo bien —dijo Natasha con una sonrisa.
—Entonces, ¿ahora qué harás? —preguntó Tony a Harry.
—Tengo que volver con mis tíos —dijo Harry, resignado y un poco triste.
—Bueno, ¿qué tal si vamos contigo? Nunca conocí a tus tíos —dijo Wanda rápidamente.
—¿No dijeron que eran mis hermanos en otro universo? —preguntó Harry, confundido.
—En nuestro universo, tu tío quedó preso por maltrato y tu tía escapó a otro país por miedo a que los magos del mundo mágico la encontraran después de enterarse de que maltrataban al Niño que Vivió —expliqué tranquilamente mientras instaba a todos a entrar al portal que había creado justo frente a la casa de Harry.
Harry quedó completamente atónito con lo que escuchó, pero nos siguió a su casa.
Por cierto, nos hacía falta que llevaran sus cosas, ya que los elfos domésticos de Hogwarts se encargarían de enviarlo todo.
Harry tomó la delantera, un poco cohibido, mientras tocaba el timbre de su propia casa. Luego de un rato, al escuchar pasos detrás de la puerta, un hombre obeso y de rostro con muy pocos amigos abrió.
—¿Quién? Ah, eres tú, chico. ¿Qué haces aquí y quiénes son todos estos? —preguntó molesto al ver a Harry.
—Bueno, parece que las cosas no cambian sin importar los diferentes mundos —dije mientras me adelantaba antes de que Harry pudiera decir algo.
Mientras tanto, Vernon, parado en la puerta, intentó impedir que pasáramos, pero con un pequeño empujoncito de mi parte salió volando y se estrelló contra la pared.
—¿Tú quién eres? ¡No puedes entrar a mi casa! ¡Llamaré a la policía! —gritó Petunia al ver que su marido apenas podía respirar por el golpe.
—Es gracioso. Ahora que el mundo mágico sabe que el gran Dumbledore te controló para maltratarte, seguramente todos sientan compasión hacia ti. Así que, cuando se enteren de cómo te tratan tus tíos, no creo que lo tomen muy bien —dije mientras miraba a Harry, y los demás también entraban conmigo.
—¿Ustedes son de ese mundo? ¡Se supone que no pueden venir aquí! ¡Váyanse! —gritó Vernon, recuperándose.
—¿Por qué simplemente no los asesinamos? —preguntó Loki, molesto.
—Nah. Déjalo ir a prisión como su contraparte. Pero esta vez puede ir con su esposa también —respondí tranquilamente mientras sacaba mi teléfono, pero luego me di cuenta de que los que conozco aquí no me conocen y no existen los celulares mágicos.
—Bueno, Wanda, haz tu trabajo. Que se entreguen solos —dije, mientras Wanda rápidamente obedecía. Petunia y Vernon miraban asustados.
Un par de días después fueron arrestados, mientras su hijo fue enviado a vivir con su tía paterna. Harry fue puesto a cargo de nada menos que Sirius Black, ahora libre.
Luego del juicio de Dumbledore, el cual se realizó rápidamente, y en el que confesó todo lo que hizo —obviamente con la ayuda de Wanda, quien lo obligó a decir la verdad—, se descubrió que Sirius terminó preso como parte de un plan de Albus. Él convenció a la pareja Potter de cambiar de guardián a Peter Pettigrew, mientras sabía que este era el espía, ya que lo enviaba a informar a Voldemort sobre todos los planes.
También ayudó el hecho de que, entre los mortífagos que quedaron muertos en el cementerio, Peter Pettigrew era el único con vida, aunque ahora le faltaba un brazo entero y no solo un dedo, como antes.
Rápidamente, se envió un comunicado declarando a Sirius libre de todos los cargos y pidiendo que se presentara para recibir disculpas. Sirius sintió que era una trampa, pero Harry lo convenció de que no. Así que, varios días después, todos lo acompañamos al Ministerio, donde le entregaron una suma considerable de dinero y le pidieron disculpas.
Sirius solo aceptó porque, al ser un hombre libre, podía tener a Harry viviendo con él legalmente.
Mientras caminábamos por el Ministerio, Wanda comentó:
—¿Se dieron cuenta de que aquí todos son bastante… débiles?
—Incluso cuando hicimos bastante ruido en el mundo mágico, no apareció un vigilante para ver lo que hacíamos —respondí, dándome cuenta.
—Ahora que lo dices, ni siquiera los amigos de los abuelos existen aquí —añadió Natasha, quien quiso averiguar si los abuelos seguían vivos aquí, llevándose la sorpresa de que no.
—Entonces, ya que terminamos la excursión, es hora de volver —dijo Tony, estirándose como si estuviera cansado.
—Sí, este lugar tiene poco maná. Se siente incómodo —dijo Loki, también ansioso por regresar.
—¿Ya se van? —preguntó Harry, algo deprimido por nuestra partida.
—Así es, niño, es hora de volver a casa. Nuestro trabajo aquí terminó —dijo Tony, dándole una palmada en el hombro.
—Fue divertido, Harry. Ahora sabes que tienes un montón de hermanos locos dando vueltas por todos lados —dijo Wanda con una sonrisa.
—Tú eres la más loca —respondió Natasha, ofendida.
—Bueno, Harry y Sirius de este mundo, fue un placer —dije mientras los saludaba, y Tony activaba el portal de regreso.
—Gracias por ser mis hermanos por unos días —dijo Harry rápidamente, a lo que todos nos despedimos con una sonrisa antes de desaparecer en el portal.
Mientras tanto, Sirius, que había estado callado todo el tiempo, se acercó a Harry y le dio unas palmadas en la espalda.
—Tener hermanos es genial. Tal vez debas buscarte una esposa y tener hijos, Canuto —dijo Harry, dejando congelado a Sirius, quien simplemente sacudió la cabeza.
En el bosque prohibido, donde habíamos dejado la máquina para viajar, nos encontramos con Dumbledore, mis abuelos y Harry, quienes parecían estar esperándonos o quizá acababan de llegar.
—¡Qué día los es esto y de dónde salieron! —gritó la abuela, enojada al vernos aparecer.
Pero fue silenciada por el grito de Wanda.
—¡Abuela! —dijo mientras corría a abrazarla, dejando a la abuela confundida.
Natasha también se acercó para abrazarla, así como al abuelo. Yo miré a los gemelos e hice señas para que se unieran. Todos abrazamos a los abuelos. Aunque no lo demostramos, saber que en el otro mundo habían muerto nos afectó bastante.
Harry, sin entender qué sucedía, se unió felizmente al abrazo familiar. Por cierto, él estaba aquí porque era el que más o menos entendía la máquina, y lo trajeron tras encontrarla pero no encontrarnos a nosotros.
Wanda rompió el abrazo al ver a Dumbledore a un lado, esperando pacientemente.
—Dumby, aquí estás. Si te vuelves malvado en este mundo, te patearé el trasero —dijo Wanda, mostrándole los puños a Dumbledore, quien la miraba con una sonrisa pícara.
—Entonces me portaré bien. No quiero que tú y tu familia me golpeen, soy bastante viejo —respondió Dumbledore con una sonrisa.
—Aunque, por ahora, voy a pedirles que guarden su… máquina. Está en un lugar muy cercano a la escuela y puede ser peligroso para los alumnos —añadió antes de dejar que mis abuelos se encargaran de vigilarnos.
Mientras desarmábamos la máquina, los hombres trabajaban mientras Wanda contaba nuestra aventura a la abuela.
—Entonces, todos eran debiluchos y Dumbledore era un adicto. Tuvimos que volver a salvar a Harry incluso en ese mundo —dijo Wanda, emocionada.
—Oye, no me salvan todo el tiempo —respondió Harry, molesto.
—Voldemort parásito, primer año. Basilisco, segundo año —dije, sin apartar la vista de mi trabajo.
—La rata gorda y Sirius, aunque no era culpable, en tercer año. Ah, también cuando caíste por los dementores y nosotros casi los extinguimos —agregó Wanda, recordando cuando ella y Stephen se enojaron.
—¿No hace poco tuviste un ataque de mortífagos en los juegos de Quidditch? —preguntó Tony, burlándose.
—En ese me defendí solo —respondió Harry rápidamente.
—Te defendiste de los que estaban atrapando a los culpables —dijo Loki mientras seguía desmontando una parte de la máquina.
—Ya dejen de molestar a su hermano —intervino la abuela Perenelle, sonriendo al ver cómo nos llevábamos.
—Aunque, Nico, tal vez debamos poner más protecciones en Harry —añadió, algo preocupada por la caótica vida de Harry en Hogwarts.
Harry, al escuchar eso, se quedó refunfuñando mientras todos reíamos.
Una vez que terminamos de desarmar todo, volvimos al castillo. Por cierto, sí, todos fuimos castigados; incluso Natasha no se salvó. Algo que hizo reír a Sirius cuando se enteró, aunque cuando Natasha lo miró, cerró la boca y, como un niño asustado, se escapó.