espero les guste el capítulo. Lo escribí con gripe así que puede que en la corrección no le haya prestado atención.
Por lo que si hay algún error o cambio avisenme para arreglarlo.
Por favor dejen sus piedras de poder que siempre ayudan y sin más aquí el capitulo:
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"¡Demos la bienvenida a las animadoras de Bulgaria: las veelas de fuego!" gritó emocionado Ludo, quien hacía de comentarista para el partido.
Con su presentación, un grupo de guapas veelas entró al estadio, bailando con gracia y atrayendo la atención de todos los hombres y varias mujeres de la multitud.
"¡Wooooo!" gritaban todos, mientras algunos parecían querer saltar de sus asientos y correr hacia las veelas.
Por ejemplo, Ron, quien tuvo que ser detenido por su madre.
Harry, por su parte, mostró bastante emoción, pero no tanto descontrol como Ron. Después de todo, vivía con personas igual de peligrosas que las veelas, por lo que estaba acostumbrado.
Cosa contraria a su padrino Sirius, quien fue sujetado por Arthur y los gemelos para evitar que se lanzara de cabeza hacia el campo.
Mientras tanto, yo sentí una presencia peligrosa a mi lado, así que me puse a contar estrellas. Después de todo, se veían bastante preciosas esta noche.
"Creo que acabo de ver la Osa Mayor", dije mientras seguía contando estrellas.
"Qué bueno", dijo la sonriente rubia a mi lado, mirándome fijamente.
Otra que no lo estaba pasando tan bien como yo era Wanda. Al principio, se dejó llevar por el ambiente y fue amonestada por Daphne. Ahora estaba contando estrellas conmigo.
"No, tonto, esa es la Osa Menor", dijo Wanda mientras apuntaba a una estrella un poco más arriba. "Esa más grande es la Osa Mayor."
Mientras discutíamos sobre estrellas bajo la peligrosa mirada de dos mujeres, terminó el acto de presentación de las veelas, por lo que pudimos volver a mirar el campo de fútbol.
Justo a tiempo para ver a los hombres avergonzados, intentando recuperar su orgullo o rogando perdón a sus acompañantes femeninas, quienes solo les devolvían miradas de asco.
"Qué fácil es perder el respeto que ganaste haciéndote el sabio minutos atrás", dijo tajantemente Natasha, sin mirar a nadie en particular. Pero el que lo sintió como un puñetazo fue el avergonzado Sirius.
"Tos Bueno, pasar 12 años en prisión puede haberme afectado algo", intentó defenderse Sirius.
Sin embargo, Arthur se quedó callado de inmediato bajo la mirada enojada de Molly, quien también estaba molesta, ya que él no podía evitar echar miradas furtivas a las veelas.
"Qué vergonzoso", murmuró Ron, rascándose la cabeza nerviosamente. "Y tú, Harry, ¿por qué no te afectó tanto?" le preguntó, mirando a su amigo, quien simplemente se reía de él.
"Bueno, después de todo, vive en ese lugar, ¿cierto, George?", dijo Fred mirando a su hermano.
"Es cierto, Fred. Si el jefe o los enanos mostraran su verdadera apariencia todo el día, seguramente Harry hasta dudaría de su sexualidad", añadió George burlándose.
"Dejen de decir tonterías", intervino rápidamente Molly, ayudando a Harry, aunque en el fondo parecía estar de acuerdo con los gemelos.
Ludo comenzó a presentar a las mascotas de Irlanda:
"¡Den la bienvenida a los leprechauns!" A su grito, un montón de pequeñas criaturas montadas en escobas comenzaron a lanzar oro mientras volaban sobre nosotros.
Esto desató un descontrol incluso mayor que el que habían causado las veelas bailando. La gente se lanzaba sobre el dinero que caía del cielo.
Los gemelos Weasley estaban como locos, intentando juntar la mayor cantidad posible del suelo, pero los agarré del cuello antes de que salieran corriendo.
"Es oro falso, idiotas. Desaparece después de un rato", dije, rompiendo su entusiasmo.
Por cierto, Ron, quien había guardado varias monedas, también se desilusionó y volvió a sentarse junto a Harry y Hermione.
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Luego de eso, al fin comenzó el partido, y con ello el descontrol de la multitud. Irlanda empezó anotando puntos a lo loco, dejando a Bulgaria sin respiro.
Incluso las mascotas de ambos equipos comenzaron a pelear en una esquina. Las veelas, en su enojo, adquirieron una apariencia bastante aterradora: sus cuellos se estiraban, y tomaban una forma similar a arpías, gritando con una voz estridente y destructiva, mientras atacaban a los leprechauns. Estos respondían lanzando bolas de fuego.
Un árbitro tuvo que intervenir para detener el caos.
"Te estás preguntando si yo también cambio a esa forma cuando me enojo, ¿verdad?", dijo Fleur con una sonrisa, dándose cuenta de que la estaba observando.
"Ja, claro que no. Ya te vi enojada", respondí con tranquilidad y una sonrisa. ("Y te ves más aterradora", pensé para mí mismo).
"¿Por qué siento que estás pensando algo grosero?" replicó, algo molesta, mientras me pellizcaba el brazo.
Mientras tanto, el partido continuaba, con Bulgaria siendo destrozada por la diferencia de puntos. En un momento, Viktor Krum pareció ver la Snitch dorada y comenzó a volar hacia ella con toda su habilidad.
El buscador de Irlanda, aunque sorprendido, no se dejó intimidar y lo siguió. Sin embargo, incluso si Krum atrapaba la Snitch, Bulgaria perdería por la gran diferencia de puntos.
A pesar de ello, Krum capturó rápidamente la Snitch dorada, ignorando las consecuencias para su equipo. Esto provocó que sus compañeros se enfurecieran, y los mismos fanáticos de Bulgaria lo insultaran por unos momentos.
"¡Viktor Krum acaba de atrapar la Snitch dorada!" gritó con emoción Ludo. "¡Y con esto, el partido ha terminado! Aunque el buscador de Bulgaria atrapó la Snitch, Irlanda ganó con una diferencia de 170 puntos". Los fanáticos irlandeses se descontrolaron de felicidad, gritando y celebrando con entusiasmo.
Mientras tanto, los gemelos Weasley estaban bailando de alegría por haber ganado su apuesta.
"¡Ganamos! ¡Ganamos!" gritaban, abrazándose emocionados.
"Recuerden las monedas falsas cuando recuperen su dinero", les advertí mientras salían corriendo a buscar a Ludo.
"¡Sí!" respondieron, ignorando por completo los gritos de Molly, quien los regañaba desde atrás.
"Esos niños...", murmuró Molly con enojo.
"No te preocupes, querida, estarán aquí dentro de poco", dijo Arthur con una sonrisa, tratando de tranquilizarla. "Mientras tanto, vayamos a las carpas a comer algo", sugirió Sirius con una sonrisa.
Todos lo seguimos, charlando animadamente en el camino.
Cuando llegamos, comenzamos a armar todo para hacer una fogata y cocinar al estilo muggle, ya que Arthur insistió mucho. Mientras tanto, Loki y Tony fueron "secuestrados" nuevamente por Artoria y Gabrielle, quienes querían jugar un juego mágico llamado Gobstones.
Hay que admitir que, aunque esos dos pueden ser molestos en varios sentidos, nunca les faltan al respeto a las niñas, algo que merece reconocimiento. En el caso de Tony, es entendible porque tuvo una hija antes de morir. Pero en Loki... tal vez sea la buena educación que le dio su madre, aunque su vida haya sido algo trastornada al final. Sea cual sea el Loki que está frente a nosotros, ambos dieron su vida por los suyos.
Estando todos alrededor de la fogata, Molly tomó el control de la carne, echando a Arthur y Sirius, quienes querían seguir añadiéndole especias extrañas.
Aproveché ese momento para llamarlos a un lado.
"Sirius, Arthur, ¿tienen un momento?" pregunté, mientras ellos me seguían hacia un rincón de la carpa.
"¿Qué pasa, niño?" dijo Sirius, intrigado.
"Es posible que haya un ataque de mortífagos más tarde. Es mejor que se mantengan alerta", dije directamente, sin rodeos.
"¿Estás seguro?" preguntó Sirius, poniéndose serio de inmediato.
"¿Los aurores saben de esto?" preguntó Arthur, igual de preocupado.
"Sí. Por eso Amelia está a cargo de la seguridad y no Ludo, como se suponía", respondí suavemente.
"¿Cuál es el plan? Tenemos que poner a Harry en un lugar seguro", dijo Sirius, claramente nervioso ante la implicación de un ataque de mortífagos con Harry presente.
"Debemos mandar a todos los niños a un lugar seguro", añadió Arthur, compartiendo su preocupación.
"Esperen, no se preocupen. Misty estará para asegurarse de que nadie salga herido", dije, intentando tranquilizarlos.
"Misty... ¿tu elfa doméstica?" preguntó Sirius, recordando las veces que Misty había llevado a Harry de un lugar a otro.
"Sí. Ella es más poderosa que cualquier elfo o mago conocido. Estarán seguros", aseguré con confianza. Aunque ambos parecían escépticos, confiaban en mí, así que aceptaron.
"Mientras tanto, no dejen que los demás se separen. Y avisen a algunas familias cercanas", añadí, dándoles instrucciones. "Por cierto, asegúrense de que Barty Crouch no se entere."
"¿Crouch? ¿Por qué?" preguntó Arthur, confundido.
"El ataque tiene algo que ver con él", dije sin entrar en más detalles.
"Tsk. Yo sabía que ese sujeto no era confiable", murmuró Sirius con molestia, recordando su propia experiencia con Crouch.
Mientras regresábamos con los demás para disfrutar de la comida y la diversión, el tiempo pasó rápidamente. Sirius y Arthur mencionaron que saldrían un momento a saludar a algunos conocidos, asegurando que volverían pronto. No querían preocupar a nadie, así que pidieron a los demás que no salieran de la carpa, argumentando que había demasiados ebrios afuera.
Nadie sospechó nada, y continuaron con los juegos y las conversaciones dentro de la carpa de los Weasley.
"¿Trajeron sus armas?" pregunté a mis compañeros mientras jugábamos cartas un poco apartados del grupo. Después de todo, estábamos en una partida de Snap explosivo, y los demás preferían mantenerse lejos para evitar los estallidos.
"No necesito armas", respondió Wanda, enfocada en las cartas.
"Siempre estoy preparado, humano", dijo Loki con un tono sarcástico, aunque estaba sorprendentemente concentrado en el juego.
"Pude crear parte de mis armaduras combinadas con magia, gracias al anciano Nicolás", comentó Tony mientras lanzaba su mazo de cartas a un lado, provocando una explosión que llamó la atención de todos.
"¡Perdiste! Jajaja", dijo Wanda con una sonrisa victoriosa.
"Tengo un par de armas modificadas, pero tal vez con mi varita sea suficiente", añadió Natasha, dejando su mazo sobre la mesa, ya habiendo ganado la partida.
"Eso es bueno. Recuerden usar los amuletos de protección; podrían salvarlos de un hechizo mortal o dos", comenté con una sonrisa mientras también terminaba mi mazo.
"¡Bien, chicos, es hora de dormir!", interrumpió Molly, deteniendo el juego de todos. "Recuerden: los chicos con los chicos y las chicas con las chicas."
Nos dispersamos para dormir, pero afuera el ambiente comenzó a tornarse extraño. Aunque todavía había gente divirtiéndose, una sensación de inquietud llenaba el aire.
De pronto, un grito rompió la tranquilidad. Miré hacia el cielo y lo vi: la Marca Tenebrosa, resplandeciendo como una amenaza aterradora. La multitud se descontroló, y los gritos se multiplicaron cuando, desde diferentes puntos del campamento, figuras encapuchadas y enmascaradas empezaron a caer como niebla negra del cielo, lanzando hechizos y causando caos a su paso.
"¡Todos en guardia, no se separen! Misty, vigílalos", ordené, mientras la elfa doméstica se materializaba y asumía una postura defensiva cerca de los demás.
"Amelia, ¿cómo va todo por ahí?" pregunté, utilizando un comunicador mágico. Diferente a los típicos magicphone.
Desde el otro lado, Amelia respondió con urgencia: "¡Son demasiados! Ya pedí refuerzos al Ministerio".
En su posición, un equipo de aurores luchaba ferozmente contra varios mortífagos, logrando reducir a cuatro que habían prendido fuego a una carpa. Pero la situación no era alentadora: las fuerzas enemigas eran numerosas, y los ataques no cesaban.
Sobretodo en la sección noble. Donde cualquier podía ser un traidor en estos momentos.
En otra sección, Arthur y Sirius guiaban a varias familias hacia el bosque cercano, ayudando a proteger a quienes podían. Aunque Misty ofreció teletransportarlos, ambos hombres se negaron, prefiriendo ayudar directamente.
Los gemelos Weasley, por su parte, se las ingeniaron para encadenar a un par de mortífagos con hechizos improvisados, demostrando lo mucho que habían aprendido en sus entrenamientos diarios.
Mientras tanto, nuestro grupo logró establecer una zona segura, rodeada de protecciones mágicas, para que los heridos y las familias pudieran refugiarse. Cada uno de los adultos vigilaba un punto estratégico, pero en un momento crítico, nos dimos cuenta de que Harry no estaba con nosotros.
Sirius y Arthur, alarmados, salieron rápidamente en su búsqueda. Natasha y yo decidimos acompañarlos, dejando al resto del grupo a cargo de proteger la zona segura.
En el camino, nos enfrentamos a varios mortífagos. Uno de ellos casi logró herir a Sirius, pero Natasha lo salvó con una patada bien dirigida, desviando el hechizo.
"Gracias", murmuró Sirius, un poco avergonzado mientras se levantaba, sosteniéndose el costado.
"De nada, pero creo que deberías hacer más ejercicio", respondió Natasha con una sonrisa.
"Estuve en prisión doce años, obviamente perdí condición física", replicó Sirius, algo a la defensiva.
Pero Natasha no lo escucho y siguió caminando.
Finalmente, llegamos a las carpas incendiadas y vimos a Harry rodeado por un grupo de hombres conocidos que lo apuntaban con sus varitas. Sorprendentemente, Harry no parecía asustado, sino alerta, evaluando la situación.
"Espera, quiero ver qué hace Harry", les dije a los demás, deteniéndolos cuando intentaron intervenir.
Después de todo, estábamos cerca por si algo pasaba.
Uno de los tipos lanzó un hechizo para aturdir a Harry, pero este lo esquivó con agilidad, invocando una espada luminosa. Sin dudar, corrió hacia su atacante.
Los demás mortífagos, sorprendidos por la rapidez de Harry, intentaron lanzar más hechizos, pero él los esquivó con movimientos precisos. Incluso logró cortar algunos de los hechizos con su espada, antes de saltar hacia el primer atacante y derribarlo con una patada en la barbilla.
Los demás intentaron alzar sus varitas nuevamente, pero Harry los superó en velocidad, usando una cadena mágica para inmovilizar al más lejano y desatar el caos en sus filas. Con una serie de golpes y movimientos perfectamente ejecutados, los dejó a todos inconscientes.
El último hombre en pie, al ver el panorama y reconociendo al atacante, levantó las manos con desesperación.
"¡Harry Potter, soy yo, Amos Diggory! Nos vimos antes", dijo rápidamente, presentándose con voz temblorosa.
"¿Diggory?" Al escuchar el nombre, Harry bajó su guardia y reconoció a Amos, así como a algunos de los que yacían inconscientes.
"Eso fue genial, Harry. ¡Tienes que enseñarme a pelear así!" exclamó Sirius, acercándose con una sonrisa jovial.