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Así pasaron los días y Stephen fue testigo de cómo Ron se burlaba de Hermione.
"¡Parece que ya llegó Halloween! A veces tu hermano necesita un escarmiento," dijo Stephen a los gemelos, quienes, al igual que él, observaban cómo su hermano hacía enojar a una niña.
"Bueno, fue porque rompió la escoba de Fred que le hicimos la broma con la araña," "y cuando le hicimos la broma del payaso, fue porque le dijo a mamá que George fue quien se comió las galletas de Percy," dijeron los gemelos.
"Vayamos a clase. La cena de Halloween será muy bulliciosa," dijo Stephen mientras se marchaba con los gemelos, pensando en qué hacer.
Después de una clase con Snape, en la que Stephen y él se lanzaban comentarios mordaces y burlones, mientras los otros alumnos ya estaban acostumbrados, fue hora de terminar las clases e ir al Gran Comedor.
Al llegar, se encontraron con el comedor bellamente decorado, con cabezas gigantes y uno que otro payaso adornando la sala. Normalmente, en época de Halloween, el grupo salía a asustar a la gente, pero este año decidieron disfrutar del banquete.
"Adelántense y coman sin mí. Iré a jugar con un gigante tonto y una niña boba," dijo Stephen mientras dejaba a los gemelos confundidos.
"¿Gigante? ¿Se refiere a Hagrid?" "Bueno, es bastante grande… pero, ¿tonto?"
"¿Gigante tonto? No se referirá a mí, ¿verdad?" dijo Hagrid mientras entraba por la gran puerta.
"No, no, Hagrid, Stephen dijo que iba a buscar a uno," "y no puedes ser tú, ya que él se fue y tú estás aquí," dijeron rápidamente los gemelos, ganándose una sonrisa del semigigante Hagrid.
"Está bien, vayamos a comer. Todas las calabazas las planté yo mismo y las cuidé para el día de hoy," dijo Hagrid mientras les daba una palmada que casi los tira al suelo.
Mientras tanto, en un pasillo que llevaba al sótano, Stephen caminaba tranquilamente.
Hasta que vio a Quirrell acercándose corriendo rápidamente hacia el comedor.
Stephen se escondió y, mientras lo observaba pasar, respetaba cómo este mantenía su facha incluso sin nadie mirándolo. Pero luego miró los cuadros a su alrededor y se dio cuenta de la razón. Y de por qué Dumbledore no sospechaba sobre el "Tumordemort", el apodo de Voldemort en forma de tumor que Quirrell tenía en la cabeza.
"Tumor suena un poco fuerte. Tal vez debería llamarlo parásito, virus… ¿plaga? No sé, no combina con el nombre," dijo Stephen mientras seguía su camino hacia el baño y se quedaba esperando afuera. No es como si pudiera entrar al baño de las chicas sin razón.
Después de un rato de escuchar algunos llorisqueos desde el baño, al fin el troll asomó su fea y deforme cabeza detrás de la esquina del pasillo. Cuando vio a Stephen, empezó a caminar más rápido hacia él con su enorme mazo de madera.
"¿En serio? Deberías aprender a no acercarte a desconocidos. Aunque, siendo tan feo, no creo que alguien quiera llevarte," dijo Stephen mientras, con sus manos, empezaba a usar magia Eldritch para crear cadenas y ataba rápidamente al gigante, dejándolo inmovilizado contra un muro.
También puso el mango de su garrote en su boca para que no hiciera ruido, dejando al gigante troll sorprendido y luchando por liberarse. Mientras, Stephen sacaba una foto y la enviaba a los profesores.
Tal vez un poco de ruido llamó la atención de Hermione, que salió mientras se secaba la cara. Stephen se dio la vuelta.
"¿Qué pasa, pequeña niña que llora? ¿Por qué tan triste?" dijo Stephen con una sonrisa.
"Yo... Yo no estoy llorando, solo me lavé la cara," respondió con vergüenza Hermione mientras se daba cuenta de lo que había detrás de Stephen.
"¿Qué… qué hace un troll aquí?" preguntó asustada Hermione mientras daba unos pasos atrás.
"No lo sé, pero se dirigía justo hacia el baño donde estabas. Tal vez necesitaba ir y no llegaba al de los hombres," respondió Stephen.
De repente, tomó a Hermione y la puso en su hombro como si fuera una bolsa de papas y empezó a caminar.
"¿Qué haces? ¡Yo puedo caminar sola!" dijo avergonzada Hermione.
"Lo sé, pero me gusta avergonzar a las personas. Ahora quédate quieta o te daré un golpe en la cabeza," dijo Stephen mientras seguía caminando.
Mientras Hermione estaba por responder a la estupidez de Stephen, llegaron Ron y Harry a toda velocidad. Venían a ayudar a Hermione luego de escuchar a Quirrell hablar sobre el troll.
"Hermione, ¡tenemos que volver, hay un troll suelto en la mazmorra!" dijo Harry rápidamente, a lo que su pasmado amigo le dio unas palmadas mientras apuntaba hacia adelante.
"¿Qué...? ¿El troll... está encadenado?" dijo Harry sorprendido.
"Oh, qué bueno, chicos. Los que hicieron llorar a una niña vinieron a avisarle que estaba en peligro," dijo Stephen con un poco de ironía.
"Nosotros no... Yo lo siento, Hermione," dijo Ron avergonzado.
"Está bien, gracias por intentar avisarme del troll, incluso si se ponían en peligro," dijo suavemente Hermione.
"¿Qué harás con el troll, Stephen? ¿Y Hermione, fue herida?" preguntó Harry con curiosidad.
"Solo Stephen está bien, solo nos llevamos unos años. No se preocupen, ya envié un mensaje a los profesores. O bueno, tal vez sí deberían preocuparse porque están aquí, y la niña llorona está bien, solo la estoy molestando," dijo Stephen mientras escuchaba los pasos acercándose.
"Stephen, ¿qué sucedió aquí? Y ¿por qué los alumnos de primero, que debían ir a sus habitaciones, están también aquí? Y baja a la señorita Granger, esa no es la manera de llevar a una joven," preguntó McGonagall mientras miraba al troll y luego a los niños, y reprendía a Stephen por cómo llevaba a Hermione.
"Es que no la puedo llevar como princesa porque, si no, tendrían que recoger mi sangre de toda Francia, profesora," se defendió Stephen mientras bajaba a la avergonzada Hermione.
"Stephen, ¿tú atrapaste al troll? Eso es genial. Usaste cadenas, ya que los trolls son resistentes a estas," habló Flitwick desde un lado.
"Eso no quita el hecho de que los alumnos no hicieron caso cuando se les dijo que volvieran a sus habitaciones," dijo venenosamente Snape mientras miraba a Harry.
"Fue mi culpa, profesores, yo querí—¡ay! ¿Por qué hiciste eso?" Mientras Hermione estaba por mentir para ayudar a sus compañeros, Stephen le dio un golpe en la cabeza, deteniéndola.
"No hace falta decir mentiras, pequeña llorona," dijo Stephen a Hermione luego de detenerla.
"¡Yo no soy llorona, tengo nombre y apellido, y es Hermione Granger!" respondió una enojada Hermione.
"Bueno, está bien, puedes decirnos qué pasó, Stephen," dijo el director, que veía todo desde un lado.
"Si se habrán dado cuenta, yo no estaba en el comedor para enterarme de lo que pasaba. Como verá, Snape, yo estaba paseando tranquilamente por el castillo cuando escuché a alguien triste, que resultó ser la señorita Hermione. El porqué estaba triste lo desconozco, pero a veces las mujeres son incomprensibles," dijo Stephen, ganando un asentimiento de los profesores, mientras las profesoras Sprout y McGonagall los miraban con desdén.
"Entonces vi al gigantón acercarse, y cuando vi que se dirigía hacia los baños, simplemente lo até al muro. Esperé a que saliera la llorona y empezamos a volver. Mientras, Ron y Harry venían a avisarnos sobre el troll, que se suponía estaba en las mazmorras," terminó Stephen.
"Está bien, aunque fue valiente venir a advertir a sus amigos, también fue muy peligroso. Dejaré que la profesora decida qué hacer en esta situación. Ahora, profesores y Stephen, por favor, ayuden a llevar al troll a donde pertenece," dijo el director mientras se acercaba a ver al troll de cerca.
"Ustedes, como dijo el director, fue muy peligroso, así que descontaré 100 puntos a Gryffindor, pero por su valentía y por intentar ayudar a un amigo, tienen 40 puntos… cada uno," dijo McGonagall.
"Oiga, profesora, ¡yo merezco más! Actué como un perfecto príncipe azul salvando a la damisela del malvado troll," dijo Stephen a lo lejos, ganándose una sonrisa del trío.
"No abuse, señor Stephen. Agradezca que no fue castigado por haber destruido una columna en el patio mientras entrenaba a sus compañeros," dijo McGonagall, recordando cómo de vez en cuando, mientras Stephen entrena con sus compañeros, estos suelen descontrolarse un poco.
"Pero ese fue Jordan, que intentó impresionar a Angelina," dijo Stephen refunfu
ñando mientras seguía tirando del troll, todavía atado con cadenas pero ya liberado del muro.
Después de sacarlo del castillo, dejó todo el trabajo a los profesores y volvió a la casa de Gryffindor, donde Hermione, Ron y Harry lo esperaban.
"Stephen… Perdón por olvidarlo, pero gracias por salvarme," dijo Hermione.
Mientras tanto, los otros dos tenían una idea en mente, pero no sabían si decirla o no.
Hasta que Harry tomó valor y fue el primero en hablar.
"Señor Stephen… señor, yo quería pedirle si nos puede enseñar a pelear," dijo Harry con un poco de miedo a ser rechazado.
"Sí, queremos aprender a atrapar un troll como lo hiciste hoy. Los gemelos dijeron que eras el campeón de duelo, así que debes ser muy fuerte," dijo Ron.
"¿Eres campeón de duelo? No lo sabía. Pero yo quiero aprender la magia Eldritch. Aunque leí todo el libro, todavía no puedo usar los hechizos," dijo Hermione.
"¿Leíste todo el libro? ¡Wow, sí que eres una nerd!" dijo Stephen en tono burlón.
"¡Yo no soy nerd! Si no quieres enseñarme, está bien, puedo aprender sola," dijo Hermione con ira.
"Está bien, no te enojes, peludita," dijo Stephen mientras despeinaba más el ya despeinado pelo de Hermione.
"Estén en el patio trasero a las 7 de la mañana. Si llegan tarde, ya no vayan; no quiero vagos," dijo Stephen mientras se dirigía a su habitación.
"¡Sí!" respondieron los tres con emoción. Aunque al día siguiente no estarán tan emocionados, ya que conocerán el infierno...
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**Correcciones realizadas por ChatGPT.**