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Luego de que por fin logré completar la runa necesaria para recrear los hechizos de Kamar-Taj, creo que es hora de decirles la verdad a los abuelos, algo que he estado guardando durante tanto tiempo, pero necesito sacar.
Al día siguiente, Stephen, aprovechando que todos seguían sentados después de la cena, tomó un poco de valor y les habló a sus abuelos.
"Abuelo, abuela, hay algo que tengo que decirles. Sé que sonará muy loco y tal vez quieran mandarme a San Mungo, pero necesito que me escuchen con tranquilidad, por favor," decía Stephen mientras recibía la mirada de duda de sus abuelos.
La pareja Flamel se miró por un segundo y luego, con intriga, volvieron a ver al niño nervioso. Con una sonrisa le respondieron para que prosiguiera. "Adelante, cariño, somos todo oídos."
"Yo soy iro... perdón, no era así. Yo reencarné aquí. Dos veces. O sea, morí en otro mundo y reencarné, luego volví a morir y terminé aquí. Así que, en verdad, no soy un niño... o sí lo soy. Soy un adulto atrapado en el cuerpo de un niño," decía Stephen sin poder levantar la cabeza.
"Oh, ¿era solo eso?" dijo Nicolas sin darle mucha importancia.
"Nico, no seas tonto, ¿no ves que el chico está preocupado?" decía Perenelle a su marido, mientras volvía a mirar a Stephen. "Cuéntanos todo, hijo, no te preocupes."
Un poco sorprendido por la comprensión de su abuela y la poca importancia que le daba su abuelo, Stephen se tranquilizó un poco y comenzó a contar todo: lo que vivió en la Tierra, lo que pasó cuando era Doctor Strange, cómo estudió y cómo es la magia de Marvel, hasta cómo murió y la sensación que tuvo desde que renació en este cuerpo. Estuvo hablando durante lo que sintió como horas, hasta que se le secó la garganta, a lo que la elfa doméstica le trajo un vaso de jugo.
"Tranquilo, hijo. Incluso si es así, el día que decidimos adoptarte, ya eras nuestro nieto y eso no cambiará sobre todas las cosas." Perenelle se acercó mientras abrazaba a su nieto con lágrimas, luego de escuchar que su nieto tuvo que sufrir no una, sino dos muertes, y no de maneras suaves.
"Mmh, creo que puedo saber por qué renaciste aquí, aunque es una teoría," decía Nicolas mientras miraba seriamente a su nieto.
"Dijiste que esa señora... ¿Ancestral se llamaba? Dijo que la primera vez que naciste, tu alma y la de Strange se habían mezclado a un nivel que era solo un alma más fuerte, ¿no?" decía el abuelo mientras miraba a su nieto para confirmar.
"Sí. Dijo que ni siquiera ella se dio cuenta hasta que aparecí frente a ella, y por miedo a destruir la línea del tiempo, me dejó entrenar en Kamar-Taj hasta que llegara el día en que Doctor Strange debería saber qué hacer," decía Stephen mientras miraba a su abuelo con duda.
"Entonces, cuando moriste la segunda vez, ya eras mucho más fuerte, supongo que incluso tu alma también, y tu detonación debería haber destruido tu magia como tu alma."
"Eh, sí, creo que sí. Tenía que parar a Wanda a toda costa y no podía dejar que pudiera cambiar de cuerpo o algo así," decía Stephen recordando la mirada de locura de Wanda, corrompida por todo tipo de energías oscuras.
"Y esta es la última confirmación: dijiste que la magia de ese mundo... ¿Marnel? Toda la magia debe ser prestada, con intereses, a seres superiores que, luego de tu muerte, la vuelven a absorber."
"Era Marvel, abuelo, y sí, toda la magia en Marvel es prestada; incluso esos seres superiores sacan la magia de otras dimensiones. ¿Por qué?" decía Stephen, ya con duda hacia su abuelo.
"Es por tu sentimiento de desequilibrio con tus memorias pasadas. Dijiste que no sentías que eran tuyas, sino que parecían como si las vieras en un pensadero. Creo que posiblemente hay una explicación teórica del porqué."
"Ya, Nico, deja de irte por las ramas y dilo, que nos pones nerviosos a todos," dijo Perenelle, ya cansada de las vueltas de su marido.
"Perdón, perdón. Lo que creo que pudo pasar es que, cuando Strange explotó, su alma se fragmentó, separándose de nuevo Strange del niño de la Tierra, y todo el poder mágico que tenía trató de recuperar el alma o repararla. Ya que esta, al ser tan fuerte, pudo influir en algo, pero obviamente esos seres no iban a dejar que su magia se desgaste así para un muerto. Así que la magia automáticamente te envió a un universo donde la magia es de todos."
"Aquí la magia nace con las criaturas y con los magos. Así que cuando llegaste aquí fue para reparar tu alma, pero eso no pasó. En vez de traer tu alma y meterla en otra persona, supongo que por la ley de este mundo, porque si los universos tienen leyes, según muchos magos antiguos que las intentaron estudiar, el alma y los residuos de esta crearon un cuerpo seguro. ¿Recuerdas cuando te encontramos, Perenelle? Él estaba bien en todos los sentidos, incluso con ropa muy abrigada," decía Nicolas mientras miraba a su esposa.
"Tienes razón, Nico. Cuando lo encontramos, estaba limpio, vestido y se veía bien alimentado, tanto que pareció raro que alguien quisiera abandonarlo," decía Perenelle mientras se tocaba el mentón recordando.
"Ahí está. Creo un cuerpo seguro en un ambiente seguro y el lugar más seguro que puede existir dentro de las mejores barreras del mundo, sin contar las escuelas y los ministerios de magia del mundo. Pero supongo que no te envió allí por una simple razón: la necesidad y compasión de Perenelle. Ella se encariñó enseguida contigo, porque siempre quiso un hijo o un nieto y tú apareciste. Es como Perenelle dijo ese día: tú fuiste un regalo de la magia misma," decía Nicolas con una sonrisa, mirando a su nieto y a su esposa.
"Espera, abuelo, pero si es así, ¿qué tiene que ver con mis recuerdos? Yo tengo todos los recuerdos de las dos vidas."
"Sí, tienes los recuerdos, pero no sientes que los hayas vivido. Eso es porque esos recuerdos están en las almas que formaron tu cuerpo. Tú no viviste esos recuerdos, pero esos recuerdos están en el cuerpo que se creó. Tú mismo dijiste que, aunque tenías esos recuerdos, no era como cuando renaciste en Strange; es más, te sentías como un simple niño normal y corriente, pero que sabía más."
"Así que no eres un hombre adulto en el cuerpo de un niño, sino que eres un niño que puede ver recuerdos de un hombre adulto, pero, al fin y al cabo, solo un niño que sabe muchas cosas," Nicolas se acercó a Stephen y le dio unas palmaditas en la cabeza mientras decía: "Así que no te preocupes y vive como un niño, como debería ser, y no te obsesiones con esos recuerdos. Obsérvalos como si fueran esas pantallas gigantes que ven los muggles, el cine, y relájate."
Cayeron unas lágrimas del niño mientras era abrazado por sus abuelos, y de repente sintió una especie de latido mágico que se esparció por toda la casa, activando algunas de las herramientas mágicas. Incluso la piedra filosofal empezó a brillar.
"Jojo, parece que lo tenías guardado por mucho y, cuando lo soltaste, abriste la llave. Incluso se puede sentir la magia en la piel. Chico, vas a tener una gran vida en el mundo mágico," dijo Nicolas Flamel mirando a su nieto mientras sentía el impulso mágico que este irradiaba, al punto de que cualquiera se sorprendería. Incluso Flamel lo comparó a cuando conoció a Dumbledore.
Mientras Stephen se miraba las manos y sentía la magia recorrer su cuerpo como si le diera un saludo al por fin aceptar su alma, se sentía extasiado, y con una sonrisa le dijo a sus abuelos: "Abuelos, quiero ir a Hogwarts."
"¡NO!" Ambos dijeron al unísono.
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