Mi nombre es Sylphiette. Soy un guardaespaldas de Ariel, la segunda princesa del Reino
de Asura. Recientemente, yo había contraído matrimonio con Rudeus Greyrat, y estábamos
disfrutando la vida de recién casados.
"Recién casados," repetí para mí misma, reflexionando sobre la situación. "Voy a esperar
el regreso de mi esposo en nuestra recién comprada casa, y luego él va a comer mi comida.
"Jeje… jejeje…. ¡aah…!"
No pude contener mi sonrisa. Yo era una recién casada. Me había casado con Rudy, el
chico al que siempre había amado. ¡Yo era su esposa! Vivíamos juntos en esta casa, solo
nosotros dos. Ayudándonos, amándonos. ¡Esta era la vida con la que había soñado desde
niña!
"Ahora bien…"
No podía permitirme ser complaciente. Mis ideales chocarían con la realidad en cuestión
de años. La vida real no era tan fantástica como las historias o las fantasías. El caballero y la
princesa con los que yo había soñado podrían verse bien en la superficie, pero no podías
describirlos como realísticamente hermosos en el interior, sin importar lo generoso que
fueras. No me desagradaban, pero igual.
La vida en matrimonio tampoco sería toda color de rosas. Algo pequeño podría sacarla
de balance, así que tendría que ser cuidadosa.
En la realidad, un parte importante para mantener un matrimonio feliz era… la comida.
La madre de Rudy, Zenith, una vez me dijo, "Tienes que mantener contento el estómago de
tu esposo una vez que están casados."
¡Sí, yo tenía que mantener contento el estómago de Rudy!
Hoy era mi primer día de mi vida de casada, y pasaría mi primera noche con Rudy. No
era exagerado decir que esto era una prueba definitiva de si podría o no cocinar comida
deliciosa para él, ahora y en el futuro. Era por eso que estaba realmente agradecida con la
Princesa Ariel por haberme dado tiempo libre. Le agradecí en mi interior mientras iba hacia
la ciudad y compraba ingredientes.
"Lo primero es preparar todo."
Aunque no haría grandes preparativos para esta comida. Ya había demostrado que yo
podía preparar un banquete, y como una mujer casada, no prepararía comidas elaboradas todo
el tiempo. De hecho, la mayor parte del tiempo prepararía cosas simples.
Supuse que lo mejor era no exagerar el día de hoy. Quería que esta primera cena fijara
un precedente, así que me limitaría y mostraría lo que podía hacer con el mínimo. Mantuve
eso en mente mientras sazonaba la carne, cortaba los vegetales, y sazonaba la sopa.
Yo estaba familiarizada con el paladar de Rudy, gracias a lo que Zenith y Lilia me habían
dicho. Él aparentemente tenía una lengua muy crítica. Le gustaban las especias y los aderezos
sutiles que sacaban el sabor, y también le gustaba la comida que en general tenía un sabor
intenso y salado. Zenith y Lilia me dijeron que ellas habían tenido muchos problemas
encontrando un sazonado de su agrado.
Cuando terminé los preparativos, pasé a cocinar. Esta cocina era tan nueva y desconocida
para mí que era un poco difícil de usar. Afortunadamente, yo tenía la magia de mi lado. Las
magias de fuego, agua, y viento eran esenciales para cualquier estilo de cocina.
Ajusté la llama bajo el agua. En la universidad, nos habían enseñado que no podías
cocinar con magia porque su intensidad era difícil de regular. Sin embargo, yo lo había
encontrado fácil una vez que Rudy me enseñó la conjuración silenciosa. De hecho, mi magia
encajaba bien con la cocina.
"Esto se ve bien."
Después de preparar la comida metódicamente, terminé con una cena normal compuesta
de pan, sopa, y ensalada.
Coloqué la comida sobre platos y la llevé hacia la mesa. La mesa era bastante grande
para solo dos personas, así que de cierta forma se sentía solitaria, pero estaba bastante segura
de que nuestra familia crecería a su debido tiempo.
"Una familia, ¿eh…?" Al recordar lo que Rudy me había hecho, me sentí un poco
inquieta. Él había sido apasionado, pero al mismo tiempo gentil, y pude darme cuenta de que
realmente se preocupaba por mí. "Me pregunto si lo volveremos a hacer esta noche. Estoy
bastante segura de que sí."
Rudy llegaría a casa, vería mi comida, y exclamaría, "¡Oh, vaya! ¡Es hora de comer!"
Estaríamos frente a frente mientras comíamos. Nuestros ojos se encontrarían…
Esperen. ¿Tal vez lo mejor sería comer lado a lado? Sí, creo que sí. Si estábamos uno
junto al otro, estaríamos más cerca. Tendría que reordenar la comida.
Muy bien. Nos sentaríamos lado a lado mientras comíamos. Yo mancharía con salsa la
mejilla de Rudy y le diría: "Tienes algo en tu mejilla, Rudy." Con mi dedo… no, con un
beso… yo la limpiaría. Luego Rudy colocaría un brazo a mi alrededor, y…
"Jejeje…"
No solo me estaba dejando llevar por mi imaginación. Iba a pasar. Rudy me levantaría
gentilmente y me llevaría hacia la habitación… Esperen. Eso dejaría la comida sobre la mesa.
Yo quería que él se la comiera. Iríamos a la cama después de la cena. No, primero nos
daríamos un baño. Rudy no podía mantener las manos quietas en el baño…
Mi tren de pensamiento se detuvo. La luz rojiza del atardecer estaba atravesando la
ventana de la casa.
"Se le hizo tarde a Rudy." Él normalmente ya habría llegado. "¿Tal vez tuvo problemas
de regreso…?"
Mi cerebro se llenó de preocupación. ¿Qué tal si él había sido golpeado por un carruaje
de regreso a casa? ¿O si se había peleado con un aventurero sospechoso y fue herido
gravemente? Sé que solo lo estaba pensando demasiado, pero… ¿qué tal si él estaba cenando
en otro lugar?
"Oh, no. ¿Debería ir a buscarlo?" me pregunté en voz alta. Comencé a caminar sin
descanso dentro de la casa. "Sí. Creo que sí. Iré a buscarlo."
Me paré derecha después de haber tomado una decisión. Regresé a mi habitación, me
coloqué mi traje habitual, y me dirigí hacia la entrada principal. Abrí la puerta mientras reunía
el coraje.
Abrí la puerta para encontrarme con Rudeus. "Hola, ya estoy en casa." Naturalmente, él
estaba en perfecto estado. No había ni una señal de herida en él. "¿Eh? ¿Ibas saliendo?"
Me quedé en silencio por un momento. Podía sentir mis mejillas expandiéndose, la clara
señal de un puchero.
"Estaba a punto de ir a buscarte, Rudy. ¿Dónde estabas?"
"Ah, lo siento. Justo cuando estaba a punto de regresar, terminé conversando con
Zanoba, y se me pasó volando el tiempo. Aunque tenía la intención de volver a casa lo más
pronto posible."
Así que él había estado con el Príncipe Zanoba. Bueno… estas cosas pasaban. Rudy y
Zanoba eran muy buenos amigos.
"Lo lamento. ¿Estás enojada?"
"No, no lo estoy. ¿Tienes hambre?"
"Sí. Me muero de hambre."
Esta me pareció una conversación muy normal entre un esposo y su esposa, ante lo cual
no pude evitar reír.
Ambos caminamos de regreso dentro de la casa, donde la cena nos esperaba.