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Chapter 3 - El Escape y Rescate

Victor sabía que lo estaban vigilando. Los ojos acechaban desde cada rincón, desde las sombras y las cámaras ocultas, pero no era el momento de flaquear. Tenía que actuar rápido si quería salir de allí con vida, y salvar a las chicas. Sus pensamientos se aceleraban mientras observaba a Sarah y Clara, que lo miraban con una mezcla de esperanza y miedo.

"Bueno, chicas," dijo, esforzándose por mantener la voz firme, "es hora de tomar las armas y regresar a la base principal.

"Sarah y Clara asintieron, pero la preocupación no abandonaba sus rostros. Sabían que el peligro no había terminado, y que cualquier movimiento en falso podría ser el último.

Al llegar a la base principal, se toparon con una seguridad reforzada, la atmósfera era tensa. Los guardias parecían aún más desconfiados que antes, y las miradas que les lanzaban eran cargadas de sospecha. Al verlos acercarse, uno de los guardias les hizo una seña, indicándoles que se detuvieran.

"Oye, chico, la líder te espera en su oficina," dijo el guardia mientras lo esposaban.

Victor frunció el ceño, la incomodidad se arrastraba en su estómago. "¿Por qué esposan a ellas también?" preguntó, señalando a Sarah y Clara.

"Están arrestadas por conspiración," respondió el guardia con frialdad.

Un nudo se formó en el estómago de Victor, la culpa apretándole el pecho. "Mierda, soy un inútil... No dejaré que lo mismo que pasó con mis amigos se repita," pensó, recordando a las chicas que habían sido arrestadas. Solo Sarah, Clara y Emma habían sido capturadas, las demás apartaron la mirada,

impotentes.

"¿Qué estás mirando? ¡Apúrate, la líder te está esperando!" El guardia lo empujó bruscamente hacia la oficina.

Dentro, la líder los esperaba, sus ojos brillaban con una mezcla de enfado y desprecio. "Tanto tiempo... ¿cuál era tu nombre?" preguntó con un tono gélido.

Victor la miró con determinación. "No necesitas saberlo," respondió con dureza, aunque sabía que estaba en desventaja.

"Es hora de que seas útil de verdad. Tienes que detener a esas clones," continuó ella, ignorando su tono desafiante.

Victor no dejó de observarla, tratando de encontrar una grieta en su fachada de hierro. "Cuando termine, ¿dejarás libres a las demás?" preguntó, manteniendo la compostura.

La líder esbozó una sonrisa cruel. "¿Por qué lo haría?" Su mano se cerró alrededor del cuello de Victor con una fuerza sorprendente. "Parece que te di demasiada libertad. Ya no tienes posición para negociar. Espero que lo hayas disfrutado, porque no saldrás de aquí."

"¿Lo de los clones era mentira?" Victor forcejeó, intentando liberarse de su agarre.

"Lamentablemente, es verdad. Por eso te traje aquí. Es peligroso que hagas contacto con una de ellas, pero nos sirves de protección," respondió la líder, lanzándolo al suelo con desprecio. "Vuelve a tu celda, donde perteneces."

Arrastrado por los soldados, Victor fue conducido a una celda aún más segura que la anterior. Las gruesas barras de metal oxidado, el suelo de concreto frío, y el olor a humedad creaban una atmósfera opresiva. Solo una simple litera de madera, que crujía bajo el menor movimiento, rompía la monotonía del espacio. La puerta estaba asegurada con un candado visible, y una tubería expuesta cerca del retrete llamó la atención de Victor. "Esto podría servir," pensó en voz baja.

"¿Dijiste algo?" preguntó uno de los guardias, acercándose a la celda con desconfianza.Victor levantó los hombros, en un gesto de indiferencia.

"Nada que te importe," respondió, evaluando sus posibilidades.

Poco después, les trajeron comida. El guardia tiró la bandeja al suelo con desdén. "Toma," dijo con una mueca.Victor lo miró con desprecio.

"¿Qué te pasa? ¿Es parte de tu trabajo humillar a los prisioneros?"

"¡Cállate y come!" ladró el guardia, dándole una patada a la bandeja.

Victor apretó los dientes, conteniendo su rabia. Sabía que tenía que mantener la cabeza fría si quería salir de allí.Las condiciones de su celda habían cambiado desde su último intento de fuga. Lo habían confinado en una celda de máxima seguridad, asegurándose de que no pudiera lastimarse a sí mismo. Incluso le habían colocado un chaleco de fuerza, similar a los usados en instituciones psiquiátricas, y habían retirado cualquier objeto con el que pudiera hacerse daño.Pero Victor sabía que podía usar estas medidas en su favor. Si lograba convencer a los guardias de que estaba al borde del suicidio, podrían entrar a la celda para "salvarlo" antes de que pudiera llevar a cabo su supuesta autolesión. Era una apuesta peligrosa, pero era la única opción.Victor comenzó a observar las rutinas de los guardias. Notó que los turnos de vigilancia cambiaban cada cierto tiempo, y que los guardias del turno nocturno eran menos atentos, especialmente después de la medianoche. Decidió que ese sería el mejor momento para actuar.Antes de proceder, Victor logró comunicarse con Sarah y Clara desde su celda.

"Voy a intentar algo arriesgado. Necesito que estén listas para actuar cuando llegue el momento," susurró, su voz apenas audible.

Sarah se preocupó al escuchar su tono. "¿Qué vas a hacer, Victor? No quiero que te lastimes de verdad.

"Victor forzó una sonrisa que sabía que ellas no podían ver.

"Confía en mí. Solo quiero salir de aquí con vida, y para eso necesito que piensen que he perdido la voluntad de vivir."

Clara captó de inmediato el plan.

"Si necesitas una distracción adicional, cuenta con nosotras."

Victor asintió, agradecido por su lealtad. Sabía que las chicas harían lo necesario cuando llegara el momento.Llegada la noche, Victor esperó a que el silencio cayera sobre el complejo. Se lanzó contra la litera, haciendo un ruido fuerte que resonó en los pasillos. Luego, comenzó a forcejear violentamente contra las correas del chaleco de fuerza, emitiendo gritos desgarradores que se mezclaban con los golpes sordos de su cuerpo chocando contra las paredes."¡No puedo más! ¡Déjenme morir!" gritó, lanzándose al suelo con un golpe seco que hizo eco en el pasillo.Los guardias, alarmados, revisaron las cámaras de vigilancia y vieron a Victor forcejeando, su rostro contraído en una expresión de pura desesperación mientras seguía golpeando su cabeza contra el suelo y la pared.

"¡Mierda, está tratando de matarse!" exclamó uno de los guardias, corriendo hacia la celda con otros dos.

Cuando llegaron, vieron a Victor luchando por liberar sus manos, mientras su cabeza se estrellaba contra el suelo con un ritmo frenético. No podían permitir que se matara, y sin pensarlo dos veces, uno de los guardias introdujo la llave en la cerradura.La puerta se abrió, y los guardias entraron rápidamente, tratando de sujetar a Victor. Pero él estaba preparado. En el instante en que uno de ellos se agachó para inmovilizarlo, Victor giró con fuerza, utilizando la inercia de su propio cuerpo para empujar al guardia al suelo. En medio de la confusión, logró agarrar el taser del cinturón de uno de ellos, electrocutándola antes de que pudiera reaccionar.El segundo guardia intentó sujetarlo, pero Victor, en un movimiento rápido y desesperado, lo empujó contra la pared, dejándolo aturdido. Aprovechando la confusión, Victor tomó las llaves del cinturón del guardia caído.

"¡Sarah, Clara, ahora!" gritó mientras se liberaba del chaleco de fuerza.Se dirigió a las celdas de las chicas, liberándolas rápidamente.

"Tenemos que encontrar a las demás y salir de aquí," dijo con determinación.Sarah y Clara asintieron, sabiendo que no había tiempo que perder. Comenzaron a moverse con sigilo por los pasillos, cubriendo a Victor mientras él lideraba el camino.

"Tenemos que encontrar a Emma antes de que la maten," dijo Victor, su voz tensa.

"No tenemos mucho tiempo," respondió Clara, mientras avanzaban rápidamente.De repente, una figura se detuvo frente a ellos, moviéndose con una agilidad inhumana. Era una mujer, pero algo en sus movimientos, en la frialdad de su mirada, indicaba que no era completamente humana. Victor apenas tuvo tiempo de notar a las mujeres caídas detrás de ella.

"¿Qué hace un hombre aquí?" preguntó la figura, con una voz neutral." Veo que no hay hostilidad hacia a ti en ellas"

"Me están ayudando," dijo Victor, señalando a Sarah y Clara. "Por favor, no les hagas daño."La figura asintió ligeramente.

"Entendido, pero mi prioridad es proteger a los hombres."Victor sintió un extraño alivio al escuchar esas palabras, aunque la naturaleza fría y calculadora de la mujer le inquietaba. No había tiempo para dudas.

"Tenemos que encontrar a Emma. ¿Puedes ayudarnos?"

"Sígueme," respondió la mujer sin dudarlo. Su andar era fluido, casi sin esfuerzo, como si se desplazara por el aire. Victor, Sarah y Clara la siguieron por los oscuros pasillos, evadiendo guardias y cámaras de seguridad.Cuando llegaron al laboratorio, Victor sintió un nudo en el estómago. Emma estaba allí, esposada a una silla, con la cabeza gacha y el cuerpo visiblemente agotado. A su lado, dos científicas manipulaban instrumentos y tomaban notas en silencio.Sin previo aviso, la mujer (ahora Victor como sospechaba era un clon mejorado) se lanzó sobre las científicas con una velocidad asombrosa, inmovilizándolas en cuestión de segundos. Las dejó inconscientes en el suelo antes de que pudieran siquiera gritar.

"¡Victor!" exclamó Emma al verlo, levantando la cabeza con esfuerzo.Victor corrió hacia ella, pero se detuvo en seco al notar algo en el fondo de la habitación. Dentro de un aparato que parecía una cápsula de contención, había otro clon, inerte, pero claramente vivo. El clon, la mujer que los había guiado hasta allí, se acercó a la cápsula y la observó por un momento antes de volver a centrarse en Emma. Con una fuerza impresionante, rompió las esposas que la sujetaban y la liberó.

"¿Hay más clones en este lugar?" preguntó Victor, la mente inundada de preguntas.

"No," respondió Emma con un tono apagado. Sus ojos estaban llenos de cansancio, pero también de determinación.El clon asintió lentamente.

"De acuerdo, es hora de irnos." Con una sola mano, levantó a la otra clon inerte de la cápsula, como si no pesara nada. Victor la observó, asombrado por su fuerza y eficiencia.

"Tenemos que salir de aquí.

"El grupo salió del laboratorio, moviéndose rápidamente hacia la salida. El silencio era tenso, y la posibilidad de ser descubiertos estaba siempre presente. Cuando llegaron al último corredor antes de la salida, se encontraron cara a cara con un grupo de soldados armados, bloqueando el camino."¡No dispares!" ordenó Victor, extendiendoel brazo a él.

"Estas chicas no quieren luchar. Solo queremos salir con vida."

Pero antes de que los soldados pudieran reaccionar, la clon avanzó, colocando al clon inerte detrás de ella. Con una eficiencia brutal, se lanzó contra los soldados, desarmándolos con movimientos precisos y letales. En cuestión de segundos, los soldados yacían en el suelo, incapacitados.Victor, Sarah y Clara miraron la escena con incredulidad.

"¿Cómo hiciste eso?" preguntó Clara, incapaz de contener su asombro.

"Mis habilidades están optimizadas para proteger," respondió la clon, sin una pizca de orgullo en su voz, como si simplemente estuviera cumpliendo una función preprogramada.De repente, la tranquilidad se rompió. Una alarma ensordecedora resonó en todo el complejo, y las luces rojas comenzaron a parpadear, creando un ambiente de caos.

"¡Mierda! ¡Nos han descubierto!" gritó Sarah, su voz mezclada con el sonido de botas corriendo y puertas abriéndose violentamente.

"Bien, entonces improvisemos," dijo Victor, tratando de mantener la calma. "Eve, lidera el grupo y asegúrate de que salgamos."

El clon, ahora apodado "Eve," asintió y se colocó al frente, guiando al grupo con decisión. Justo cuando llegaron a la puerta principal, un grupo de clones emergió del pasillo adyacente. Sus movimientos eran mecánicos, casi robóticos, y a diferencia de Eve, carecían de cualquier rastro de humanidad en sus ojos.

"¡Esperen!" gritó Victor, levantando las manos. "Estas chicas no son hostiles, solo queremos salir de aquí."

Las clones se detuvieron un momento, evaluando la situación. Parecía que su programación no incluía la posibilidad de matar a otros clones o a hombres. Aprovechando la vacilación, Eve se adelantó, su expresión fría pero decidida.

"Este hombre está bajo mi protección. Nuestra prioridad es evacuarlo y asegurar su seguridad," dijo Eve, con una autoridad que parecía provenir de algún código en lo profundo de su programación.Las clones no respondieron verbalmente, pero comenzaron a moverse, rodeando al grupo y avanzando hacia la salida como si estuvieran cubriendo su retirada.Victor y las chicas no perdieron tiempo. Corrieron hacia un helicóptero cercano, estacionado en una plataforma exterior, evadiendo los disparos que comenzaban a llover desde atrás. Victor sintió una bala rozar su brazo, pero siguió corriendo, empujando a las chicas y a las clones hacia la libertad.

"¡Suban, rápido!" gritó Victor, mientras Eve tomaba el control del helicóptero, mostrando una vez más sus habilidades extraordinarias.Sarah y Clara subieron primero, seguidas por Emma, que necesitaba ayuda para mantenerse en pie. Victor entró el último, sintiendo cómo la adrenalina comenzaba a desvanecerse.El helicóptero despegó, elevándose en el aire mientras los disparos continuaban desde el suelo. Las luces del complejo se convirtieron en pequeños puntos en la distancia a medida que ascendían.Victor se dejó caer en el suelo del helicóptero, exhausto, pero con un alivio profundo. Miró a Sarah, Clara, Emma, y a Eve, quien estaba concentrada en los controles, y a las otras clones, cuyos rostros inertes no mostraban emoción alguna.

"Lo logramos… por ahora," dijo, mirando a las chicas y a Eve.

"Pero aún queda mucho por hacer."Eve giró levemente la cabeza, mirándolo con algo que podría haber sido una señal de comprensión. "Nuestra misión continúa. Debemos encontrar un lugar seguro y evaluar nuestras opciones."Victor asintió, sabiendo que su lucha estaba lejos de terminar. El helicóptero se alejaba en la oscuridad, llevando a Victor y su nuevo grupo de aliados hacia un futuro incierto, pero con una determinación renovada