POV ALEXANDRA
Había pasado un mes desde que Carmen había llegado a casa, y la verdad es que tanto Megan como yo habíamos conseguido su confianza bastante rápido, a pesar de que esta última no iba a verla tan a menudo ya que seguía discutiendo con su marido por algo que no debía hacer.
En este momento, iba en dirección a la habitación de Carmen para llevarle la comida y llevaba el arma conmigo para ver cómo iba con ese tema. Cuando entré, esta se sienta en la cama y una pequeña sonrisa aparece en su rostro, lo que me alegra un montón de al menos poder la sonrisa. "Pensé que hoy estabas ocupada" dijo la chica ajustando su posición "Preguntes a quien le preguntes de mi familia te puedo asegurar que te dirían que siempre lo estoy" respondí, soltando una carcajada "¿Por qué?" preguntó con curiosidad "Para empezar dirijo una mafia, y a pesar de que tengo la ayuda de mi hermana, eso no quiere decir que las cosas sean mucho más fáciles, y luego, a ambas nos obsesiona la seguridad de nuestra familia. Nos vuelve locas pensar que no estén seguros, lo que hace que pasemos gran parte del tiempo preocupadas por la seguridad de la casa y de cada uno de ellos" respondí.
"Sé que a ambas os pasó algo parecido que, a mí, pero ¿puedo saber exactamente el que?" preguntó con curiosidad y suspiré "Para empezar, Megan y yo no somos hermanas de sangre, y nos conocimos en ese lugar. Ambas fuimos vendidas por nuestras familias y estuvimos encerradas allí once años sometidas a violaciones constantes y torturas de todo tipo, pero mi hermana un día llegó prácticamente muerta a donde estábamos todas, por lo que decidí tomar su lugar. Prefería mil veces que me hiciesen a mi todo el daño a que se lo hiciesen a ella. Digamos que, debido a unas circunstancias, decidimos empezar a entrenar y un día logramos escaparnos de aquel lugar, y poco más tarde Analissa nos encontró y nos adoptó junto a su marido. Desde esa estamos aquí" le conté.
"¿Cuántos años teníais cuando os vendieron?" preguntó "Yo tenía seis años y Meg cuatro" respondí y esta cogió una bocanada de aire "¿Por qué decidisteis ayudarme?" interrogó y una pequeña sonrisa apareció en mi rostro "Porque ambas sabemos por lo que estás pasando y sabía que te podíamos ayudar, asique decidimos hacerlo sin dudar un solo segundo" dije sinceramente "Pues lo hacéis genial" respondió esta con una gran sonrisa en el rostro "Eso intentamos, pero antes de comer quiero que desmontes el arma y dispares al punto que haré en la pared" dije, levantándome de la cama y yendo hacia la pared para hacer el punto. Una vez lo hice, me giré en la dirección de ella y pude ver que casi la tenía desmontada.
Poco después, la acabó de desmontar y levantó la mirada hacia la mía con una sonrisa en el rostro "Perfecto, ahora quiero que la montes de nuevo" dije y al parecer, era más fácil para ella montarla que desmontarla. "Dispara sin dudar un solo segundo" dirigí y esta lo hace sin dudar, no muy lejos del punto. "Tienes que practicar el desmontar el arma y un poco la puntería, pero es mejor que ayer" apunté y esta asintió "Come algo, anda. Te hará bien" informé y esta poco a poco fue comiendo.
"Me gustaría que intentemos algo nuevo hoy" dije después de unos minutos en silencio "¿El qué?" preguntó "Me gustaría presentarte a parte de mi familia" respondí suavemente "¿Qué parte de familia?" preguntó de nuevo "A las chicas solo, pero solo si te sientes preparada" dije para que le tuviese claro que no necesitaba hacerlo todavía "La verdad es que me gustaría, pero no sé si estoy preparada para conocerlas" susurró la última parte "Y no tienes que estarlo" insistí y ella suspiró "Me gustaría conocerlas" dijo "No tienes por qué hacerlo, Carmen" dije "Pero quiero hacerlo. Estaría bien salir de estas cuatro paredes de vez en cuando" respondió y asentí "Perfecto. Además, ellas te pueden ayudar con la práctica de tiro y más adelante pelea cuerpo a cuerpo" apunté y se tensó un poco "No te preocupes más por eso, más adelante" dije suavemente.
El resto de la comida la pasamos en silencio y antes de reunirme con mis hijas, le envié un mensaje a Hugo para que sacase a todo hombre de la casa, lo cual aceptó rápidamente. Cuando terminó, dejé que se tomase su tiempo para irnos, y una vez asintió, fuimos a buscar a su madre para que nos acompañase y Carmen estuviese tranquila.
No mucho más tarde, entramos en mi casa y las dirigí al salón, donde estarían las chicas. Una vez entramos en este, todas estaban hablando y riéndose hasta que nos escucharon entrar, dejaron de hacerlo y se giraron en nuestra dirección. "Bueno chicas, ellas son Carmen y Amalia" dije señalando a cada una "Carmen, Amalia, ella es Analissa, mi madre, ellas son mis hijas Alison y Tessa. A su lado, mi sobrina Alexandra y al lado de Alison, su mejor amiga, Cassandra" continué señalando para que supiese de quién estaba hablando.
Podía notar a Carmen tensa, pero en el momento que Analissa empieza a hablar con su madre y una gran sonrisa aparece en el rostro de mis hijas y sobrina, noto como deja de estarlo casi completamente, lo que me alivia y me siente en el sofá, manteniendo un ojo en la chica, pero no mucho más tarde, escucho como la puerta del salón se abre de sopetón, lo que hace que rápidamente me levante apuntando mi arma a la puerta "Si llego a saber que esta sería mi regalo de bienvenida, hubiese traído la mía también" dijo mi hermana Jennifer con una gran sonrisa en su rostro y rodé los ojos antes de bajar el arma. "Y yo pensé que a estas alturas habrías madurado Jenni" respondí conteniendo mi sonrisa.
"Sabes que no, pero venía a visitar a mamá y papá y de paso, hablar con mis hermanas de un asunto" dijo y elevé una ceja "¿Asunto de qué?" pregunté con curiosidad "Hermanas en plural Ale, no singular, ahora ¿por qué mis sobrinos no vienen a abrazar a su tía favorita" Mis hijas y el resto de las chicas no tardaron en ir a abrazar a su tía y mientras, me acerqué a Carmen, la cual se había tensado prácticamente al máximo.
"No te preocupes por ella, es mi otra hermana" dije tranquilamente, lo que hace saltar a Carmen "Pensé que solo erais tu y Megan" respondió sin apartar la mirada de Jenni y las demás hablando emocionadas "A Jennifer no le gusta estar quieta en un solo sitio, por eso tiende a aparecer cuando le da la gana" contesté "Pero bien contenta estás cuando aparezco ¿Por qué no vienes a darle un abrazo a tu hermana favorita?" dijo Jenni con una gran sonrisa en su rostro "Sabes que no te lo daré" contesté y ella rodó los ojos "Bien, si no quieres venir, supongo que no me queda otra que ser yo la que te dé el abrazo" dijo acercándose con una gran sonrisa y acabando por envolverme en sus brazos.
POV ALISON
La tía Jennifer seguía abrazando a mamá, y a pesar de que a mamá no le chistaban para nada los abrazos, dejó que la tía se lo diese igualmente, sabiendo que ella era igual que mis primos y hermana. Es en ese momento en el que me fijo en la chica que estaba con mamá, Carmen, y que estaba más que tensa y probablemente algo asustada porque mi madre no la estaba apoyando como lo había hecho hasta hace unos minutos, por lo que me acerco a donde está ella y me mantengo a una distancia prudente para que no se tense e incomode más.
"No te preocupes, mamá sigue prestándote atención inconscientemente. Y no te pasará nada" dije amablemente y pude ver como la chica saltó un poco en el aire. "Sé que no me pasará nada" respondió esta rápidamente "¿Entonces por qué estás tan tensa?" pregunté con curiosidad "No me siento del todo cómoda aquí. No tiene nada que ver con vosotros, pero solo no me siento cómoda" contestó y asentí, porque a veces ni siquiera mamá y la tía se sentían cómodas con tanta gente alrededor.
"Lo entiendo, incluso a mi madre y tía les cuesta a veces, pero te juro que no te haremos nada que haga que te incomode más de lo que estás en este momento" informé con una pequeña sonrisa en mi rostro "Eso lo sé, pero no implica que sea más fácil para mí" Nuevamente, asentí, porque me hacía la idea de que no sería fácil.
"Lo sé, y por eso nos tomaremos todo con calma. Entendemos por lo que estás pasando y esa es la razón por la que Axel ni los demás andan por aquí" apunté y esta acabó por girarse en mi dirección "¿Axel? ¿Los demás? ¿Pero cuantos vivís en esta casa?" preguntó con curiosidad y yo solté una pequeña risa "En esta casa normalmente vivimos cuatro personas y los guardaespaldas" informé y los ojos de está aumentaron por dos su tamaño "¿No vivís todos juntos?" preguntó, calmándose un poco "No, la casa en la que vives es la de mi tía. Ella ahora mismo está viviendo con nosotros" desvelé y sus ojos aumentaron más de tamaño "¿Por qué estamos viviendo allí?" preguntó con curiosidad y girándose completamente en mi dirección.
"Mamá y la tía saben por lo que estás pasando, lo entienden mejor que nadie, y saben que nuestro terreno es el más seguro de toda Italia, por esa razón estás en nuestra finca" confesé y esta asintió a pesar de que estoy completamente segura de que no estaba asintiendo a lo que le había dicho "Pero sus casas son extremadamente grandes" musitó y asentí "Lo son porque nos gusta pasar tiempo juntos. Mamá y la tía son inseparables y están más tranquilas si nos tienen a todos en un único espacio y sin contar a ellas, todos somos de dar abrazos y demostrar nuestro cariño. Nos encanta pasar tiempo en familia, asique si no estamos en una casa, estamos en la otra, y si no estamos en ninguna, estamos en la de mis abuelos"
Carmen se queda mirando para mí unos segundos y luego pasa a mirar de nuevo en la dirección de mi madre, la cual se estaba riendo con la tía Jenni "¿Esa chica es hermana de tu madre?" preguntó y negué "No, ella es una chica que tanto mamá como la tía rescataron cuando yo era pequeña. La vendieron de un orfanato para una mafia que traficaba sexualmente con ella y otras chicas hasta que ellas llegaron y la salvaron" confesé, orgullosa de mi madre "Tu madre es una mujer que nunca me esperé que existiese" murmuró y me reí "Lo sé, soy afortunada de que sea mi madre" dije sinceramente y clavando la mirada en mi madre, la cual estaba mirando en nuestra dirección, con la ceja elevada preguntándome silenciosamente de que estábamos hablando a lo que negué y me reí.
"Cuando quieras puedes acompañarnos a practicar tiro y defensa personal, no te sientas presionada con eso, solo puedes avisarme en el momento que te sientas preparada para pasar más tiempo con otras personas" dije rápidamente para que no pensase que debería pasar tiempo con nosotros "La verdad es que me encantaría. Creo que me vendría bien pasar tiempo con personas de mi edad" respondió u una gran sonrisa apareció en mi rostro "Genial, cuando quieras, solo me tendrás que avisar. Normalmente estoy en casa, pero si no me encuentras puedes llamarme al teléfono. Si me dejas el tuyo, te apuntó el mío" dije, emocionada de poder tener una amiga más y de alguna manera ayudarla en lo que pueda.