La vieja y la bestia. Todo es difuso, Bariloche, la bestia, y la silla de Legba. -
El rompecabezas se va formando.
Al llegar a las cabañas, sentado en un tronco estaba Diego.
Tenía una camisa del mismo color que Annia. Verde.
- ¡¡Hola!! ¡¡Ey!! ¿Es a mí, o presiento que vieron un monstruo?
- ¡Je! – Eh…
- Mira.. – iba abrir la boca Rebí
- No..es que nos perdimos – Expresé. Rebí me observó y entendió que no debíamos mencionar nada.
Annia, mientras prestaba atención a Diego.
- ¿Está bien si nos vamos?
- Claro – Descansen – Dijeron ellos.
Al retirarnos a la cabaña, Rebi me dio aviso con un gesto muy apropiado e interesante.
- ¡Will!
- ¡Uff! – Respiré - ¿Qué?
- ¿Ves eso?
- MMM…si….esto se pone interesante.
Las muñecas de la mano derecha de Annia y la mano derecha de Diego, llevaban un listón verde y amarillo.
- Aquí tienes la silla Gunnes – Pero ya sabes qué pasará si entras allí. No me haré responsable de quien encuentres. Si llegases a ver a esos demonios. Los siameses o cualquier otro. Sea en el pueblo que sea, o
sitio de los inframundos, la sellaré y quedarás en ese infierno para siempre
- Ya estoy acostumbrado a bailar con el mas allá. Abre la puerta de la silla.
Belle no podía moverse bien. Intentó zafarse de la situación, pero su cuerpo de a momentos eran piernas y luego su forma cambiaba a la de una víbora. Una lamia como la llaman en los cuentos de fantasía de la mitología griega. Aquel monstruo que seduce hombres y devora niños y tuvo una visión estrambótica que hizo que se dirigiera a su marido.
- Debo salvar a Lucius – sus ojos se colocaron de color rojo, y luego naranja, y luego amarillos. Salió de la casa y fue directo a mi recinto. Allí ingresó por la ventana.
Una mujer miraba con susto viendo una hermosa mujer que se arrastraba como si fuera una víbora con la mitad de su cuerpo modificado
- ¡Eh! ¡qué es eso!
Bello entró en la casa y el trol se asustó al ver su apariencia.
- ¡Tranquilo! - Expresó ella y descendió por las escalinatas del subsuelo, justamente en la habitación de los objetos. Estaba como en un trance y podía ver más allá de los sucesos. El buraco donde guardaba el libro fue abierto y ella como serpenteo se introdujo allí. el libro de Jaime la esperaba, al abrir las primeras páginas de recitado, las palabras cambiaron sustancialmente a un lenguaje diferente.
Lucius se había sentado y cerró sus ojos. Al cabo de unos minutos estaba en un sitio repleto de oscuridad y olor pestilente. El viento con aroma del calor y fetidez e incienso. El paisaje con lomadas de desierto en una noche sin estrellas, fuego por doquier, retazos de quemaduras volando. Árboles secos. Algunos animales esqueléticos. Era
un pueblo siniestro en donde se oían gritos de dolor y llamas, monstruos que se iban moviendo. Lucius estaba en uno de los tantos orcos que existen, que llaman al dolor y el sufrimiento.
Belle pasó al otro lado en busca de su marido.
Lucius comenzó a caminar. El viento de calor ardiente golpeaba su rostro.
- Vamos a morir
- Si..este lugar es para morir.
Las voces no cesaban, y él con un rostro serio sin experimentar ningún tipo de emoción continuaba. Se agachó unos momentos para palpar el suelo que levantaba polvo y un ave putrefacta con un solo ojo y sus intestinos saliendo de su vientre generaba un sonido estrambótico.
- Es como suelen mencionar. El óbito de un espeluznante sitio. Eso es lo que refiere las fabulas de la parca. Legba me envió planeando el recorrido justo.
Debía conocer éste terrorífico sitio. – Se decía Lucius en un soliloquio
- Antes de ir allí – Toma esto
- Un collar
- ¡Póntelo! Tiene los augurios de nuestro dios santo que a todos protege.
- Soy cristiano
- Pues de eso se trata. Te cuidará en el más allá del fondo de los no vivos y los acabados
Tenía puesto aquel, suerte de amuleto. Una cruz del señor, con un Cristo observándolo todo a su alrededor.
En algún sitio los ojos que todo lo ven lo descubrieron, sin embargo dejaron que avance lo posible hasta adentrarse en el poblado. Un lugar perdido. Unos pasos comenzaron a perseguir al peregrino del mundo de los vivos. Eran muchos. Muchos pies que se iban moviendo. Arañas espeluznantes y otros monstruos. Zombis y cuerpos que iban de rodillas. El poblado estilo antiguo de un lejano
oeste se teñía de colores sepia, y amorronado. Recorrió solo una cuadra y al dar la vuelta. El ser, ya lo estaba esperando.
Mientras en Bariloche con Rebi teníamos la misión de desentrañar el origen y real objetivo de esa bestia. Existía.
Era un hecho, y tanto Annia como Diego de alguna manera presentía que estaban involucrados
Rebi se quedó dormida, y salí de inmediato de allí. Fui nuevamente al lugar de los hechos. Todo el sitio estaba limpio. No había cuerpos, ni manchas de sangre, ni nada. Y
el agujero estaba en el suelo entre las rocas. Me agaché para oír y unas palabras en alemán se escuchaban debajo, aunque muy a lo lejos.
meine Seele ist stark ....meine Seele ist stark ...meine Seele ist stark
Mi alma es fuerte....
Alguien de alguna manera se estaba comunicando desde un sitio perdido del más allá. Un fuerte viento se oía a lo lejos. Y Regresé para no generar más disturbios.
Diego venía por otro camino. Posiblemente estaba en el lugar de los hechos. Posiblemente él, y Annia tenían algo que ver.
Pero eso como lo que ocurría con Lucius y Belle, Lo veremos en adelante.
Continuará...…..
Diego Leandro Couselo