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Chapter 3 - Un mundo de completa soledad

Después de abrir y cerrar los ojos, me desperté en un lugar completamente desconocido. Un lugar solitario, con el cielo sin sol, pero lleno de nubes y completamente de color rojo. 

En este lugar no existe nada, absolutamente nada, por más que extiendo la vista hacia todas direcciones, no logro ver nada más que solo el rojo cielo y el desértico suelo, que es extremadamente frío, está seco y tiene grietas por todos lados.

¿Pero, que es lo que hago en este lugar? ¿Porque estoy aquí? ¿Acaso esto es una ilusión? No, claro que no, esto no es una simple ilusión, esto es muy real, pues todo a mi alrededor se puede percibir de forma muy vivida. Puedo respirar, puedo ver sin problemas, puedo sentir dolor y tambien puedo sentir claramente el fuerte calor sobre mi piel expuesta.

-"Comprobaré si esto es realmente un sueño, una ilusión o si es algo real."

De entre mis 5 collares que son las únicas pertenencias que poseo ahora mismo además de mis ropas, tomé un collar, uno que tiene una pequeña daga para emergencias. Retire la pequeña funda que cubría la hoja filosa de obsidiana, y la coloque justo en la palma de mi mano derecha, entonces de forma lenta y precisa corte mi mano a cierta profundidad, solo para descubrir que no salio nada de mi cuerpo, así es, no hubo sangre aunque si hubo dolor exactamente sobre el corte que cubrió toda la palma de mi mano, y que después de solo unos segundos se cerró, dejando mi mano exactamente como estaba antes del corte.

Después de ver esto, mis ojos se abrieron de la sorpresa y muchas otras emociones recorrieron mi cuerpo, como asombro, admiración y después mucha confusión.

-"¿Que clase de lugar es este?"

En lugar de encontrar respuestas, solo surgieron más dudas y más preguntas.

Después de lo que sucedió, observé nuevamente hacia todas direcciones sin poder encontrar nada con la mirada, así que decidí caminar y caminar sin descanso, pero sin importar cuanto caminaba pude notar que la noche simplemente no llegaba, lo cual me hacía ver este lugar de una forma aún más extraña, pero de igual manera seguí avanzando, hasta que en algún momento mis huaraches se desgastaron tanto que me tuve que deshacer de ellos y seguir avanzando con los pies desnudos.

Seguí caminando por una cantidad indefinida de tiempo, que de ser solo un joven de 19 años, eventualmente me convertí en un viejo barbon y de cabello muy largo; un viejo débil y flacucho, sin músculos mas que solo piel sobre huesos, con el rostro cansado y sin un solo propósito más que solo vagar en este mundo desértico.

Por días enteros descansaba en un solo lugar para recuperar fuerzas, y una vez que tambien me sentía recargado de voluntad y coraje, seguía mi camino por meses enteros. Hasta que en algún día logré ver algo a la distancia, una extraña figura que parecía tener forma humana. Eso parecía ser un hombre muy delgado que se encontraba a la distancia. 

-"¿Será mi imaginación?"

Pensé, no claro que no, definitivamente eso era otra persona.

Solo con el hecho de comprender que después de tantos años en soledad, podría ver a otro humano y que podría conversar con el, me emocioné tanto que lágrimas comenzaron a bajar por mis mejillas. 

-"Este viejo cuerpo no puede correr, por favor no te vallas."

Gritaba una y otra vez mientras avanzaba lo más rápido que podía para encontrarme con ese hombre.

-"Por favor no te alejes, ya no quiero estar solo."

Suplicaba.

Avance y avance sin descanso, pero nunca lo pude alcanzar, así que al notar que mis esfuerzos eran en vano y que posiblemente nunca podria alcanzarlo, caí de rodillas al suelo y comencé a llorar amargamente. -"¿Ese hombre es solo una ilusión?

Ho dioses... ¿Porque me castigan de esta manera? ¿Que fue lo que yo hize para recibir tal castigo? ¿Porque debo vivir eternamente y en soledad aquí?"

Por momentos lloraba y suplicaba por ayuda y entendimiento, por otros más maldecía sin descanso. Pensando en que tal vez si lograba que los dioses se molestarán aún más, podrían poner fin a mi vida de una vez por todas y con ello a mi sufrimiento.

Despues de años y años tirado en el suelo cubierto de polvo y lamentandome por mi destino, nuevamente me levanté y voltee la mirada hacía donde estaba ese hombre, y corrí una vez más hacia el por años y años, y decenas de años que eventualmente se convirtieron en siglos. Caminé durante tanto tiempo que en algún punto creí que nunca llegaría hasta donde estaba esa persona, lo único que me motivaba a seguir avanzando era que simplemente no quería sentirme derrotado, no quería quedarme en un solo lugar, no quería aceptar que viviría así por toda la eternidad, y aunque no estaba seguro de que esa persona fuera real o que solo fuera una ilusión, era preferible seguirla sin descanso y aferrarme a esa pequeña esperanza que solo rendirme.

Después de tanto caminar por una eternidad, en algún momento dado mi cuerpo siguió avanzando de forma inconsciente, como si lo hiciera solo por pura inercia, mientras mi mente estaba perdida, divagando sin rumbo entre lo más oscuro y profundo de mis pensamientos. Era como si mi cuerpo y mi conciencia se hubieran separado, hasta que repentinamente escuche la voz de alguien justo delante de mi.

-"Tardaste más de lo esperado."

Dijo la voz de una persona que estaba a solo unos metros de distancia. Está persona estaba de espaldas y no se movió ni un solo centímetro mientras hablaba. 

Por un momento me quedé quieto, paralizado con los ojos bien abiertos tratando de comprender lo que estaba sucediendo, mientras mis pulmones respiraban agitadamente sin descanso, y en cuanto comprendí que estaba frente a la persona que estuve tratando de alcanzar durante tanto tiempo, me lanze y caí de rodillas para darle un abrazo con mis huesudos brazos.

-"Por fin... Por fin... Finalmente te alcancé, por favor no te alejes de mi, haré todo lo que me pidas pero no te alejes. He estado solo en este lugar por tanto tiempo, que ya no puedo seguir así, ya no puedo, prefiero la muerte.

Toma- toma te obsequio mis collares, son todos tuyos."

Dije con lágrimas en los ojos y con mucho sentimiento en la voz, a la vez que me quitaba con las manos temblorosas mis collares y los ofrecía a esta persona que acababa de conocer.

-"No tienes que pedir algo como eso, ni tampoco tienes que ofrecerme obsequios, no voy a ir a ningún lado, lo prometo."

Dijo esa persona y después se volteo para mostrar su rostro y darme cuenta de que se trataba de una mujer, una delgada y hermosa mujer de tez extremadamente blanca con cabello negro, tan largo que le llegaba hasta debajo de la cintura.

-"¿Eres una diosa?"

Pregunté, basándome en el color de su piel y también por lo hermosa que era.

-"No, no soy una diosa, soy humana al igual que tú."

Respondió ella con una enorme sonrisa.

-"Pero no solo soy una mujer más, para ser más específicos, yo soy la primera mujer.

Así es Abel, yo soy tu madre."

Dijo ella con un tono de misterio en su voz.

-"¿De que estás hablando?"

Le pregunté. Ya que eso no era posible, mi madre se llama Ana y mi padre es Koxtli, esta mujer no puede ser mi madre.

Despues de decir esa pregunta me quedé en silencio, pues yo estaba muy seguro de que había olvidado todo lo relacionado con mi vida anterior, pero ahora mismo había recordado el nombre de mis padres sin darme cuenta, y con eso otros recuerdos llegaron a mi mente, como mis hermanos gemelos, Jacob y Dalia.

-"No me estás entendiendo mi niño."

Dijo esta mujer mientras reía con delicadeza.

-"Mi nombre es "Eva" y con seguridad puedo decir que yo soy tu madre, pues si no lo fuera no podríamos tener está conexion. Y si, también soy la madre de tu padre Joaquín, quien ahora es llamado Koxtli, y también soy la madre de tu mamá Ana. Yo soy la madre de los padres de tus padres, y también la madre de los padres de tus abuelos, y de todos aquellos que te rodean en el mundo que recuerdas. Para que me entiendas, yo soy la primera mujer que existió en el pequeño mundo que conoces."

Dijo esta mujer y después se arrodilló para abrazarme muy fuerte.

En ese momento me quedé sin palabras, pues ella sabia sobre mi y sobre mis padres, ella sabia sobre el primer nombre de papá.

Así que después de escuchar todo eso, solo deje que ella me abrazara, pues de alguna manera podía sentir una extraña conexión con ella, esa extraña conexión que ella habia mencionado anteriormente

Después de unos segundos en silencio y en la misma posición, pensé en que tal vez ella podría saber la forma de como salir de este maldito lugar.

-"Madre Eva, te lo suplico, conoces alguna forma de abandonar este lugar. Si la hay por favor necesito saberla."

Pregunté mirándola a los ojos.

-"Ho ya veo, tienes deseos de regresar. Pues dejame decirte que si es posible, tu eres ajeno a este lugar, así que no debes preocuparte por eso, ya que tendrás que irte aunque no quieras en su debido momento."

Dijo ella con mucha seguridad en sus palabras.

-"Ahora lo comprendo, entonces solo era cuestión de esperar. ¿Pero que hay de ti? ¿Tu también entraste a este mundo al igual que yo? ¿O estás aquí por voluntad propia?"

Pregunté.

-"No, mi caso es muy diferente, la única forma en que yo puedo abandonar este lugar es dejando de existir, pero para que eso suceda aún me quedan varias cosas por hacer aquí y en el mundo que conoces, y esa es la razón de porque te hice venir a este lugar hijo mío."

Dijo ella mirándome directamente a los ojos.

-"¿Entonces tú fuiste quien me hizo venir aquí madre Eva?"

Pregunté sorprendido.

-"Así es, yo soy la responsable de que estés aquí.

Respóndeme algo ¿Has notado que tú madre Ana al igual que algunas otras mujeres del pueblo tienen extraños sueños cada cierto tiempo?"

Preguntó madre Eva, y como respuesta yo trague saliva y asentí con la mirada.

-"Eso es porque todas las mujeres a las que les sucede eso son las hijas mas cercanas a mi. Tenemos un lazo único y especial que nos permite estar unidas y de esa forma yo también puedo ver el mundo exterior por medio de sus ojos.

Y la razón de porque los observo a todos ustedes por medio de ellas, es porque estaba esperando el nacimiento de mi hijo primogénito varón, un hijo de corazón puro, valiente, fuerte y con el que pudiera tener una conexión aún más fuerte que la que tengo con el resto de mis hijas.

Supongo que ahora lo puedes deducir por tu cuenta Abel, asi es, ese hijo que he estado anhelando por tanto tiempo eres tu, tu eres ese único hijo tan especial que me puede ayudar."

Dijo madre Eva mientras ponía ambas manos en mis mejillas y me miraba como una madre ve a alguno de sus hijos pequeños.

-"¿Que es lo que quieres de mi madre Eva?"

Pregunté mientras ella aún sostenía mi rostro con las manos.

-"Necesito que confíes en mi, y en todo lo que te voy a decir mi niño."

Dijo ella mirándome directo a los ojos.

-"Confío en ti madre, confío en ti ciegamente."

-"Muy bien, sin duda que tú eres ese hijo obediente y fiel que tanto había soñado, solo que un poco más guapo."

Dijo madre Eva sonriendo de una forma muy feliz, y después acercó su rostro un poco más al mío para besar mi frente, haciendo que todos mis recuerdos del mundo que conozco regresaran, la gran barba de mi boca se desprendiera y mi cuerpo rejuveneciera en cuestión de solo segundos, para finalmente volver a tener la apariencia de un joven de 19 años con el cabello muy largo y lacio.

Durante el momento en que duró todo eso pude sentir algo recorrer mi cuerpo por completo, y me quedé pasmado, pues no podía creer lo que había sucedido.

En ese momento madre Eva se levantó, para después dar unos pasos lejos de mi, hasta llegar donde había una pequeña planta con hojas muy extrañas de color negro que nunca antes había visto.

-"Abel, observa con cuidado este pequeño árbol."

Mientras madre Eva hablaba, también se agacho y con delicadeza usando los dedos de su mano derecha acaricio una hoja de este pequeño árbol de extraña apariencia.

-"Este pequeño algún día será un gigantesco árbol con grandes y maravillosos frutos. 

Pero desgraciadamente nació en el lugar equivocado, pues crecerá en este maldito y solitario lugar."

En ese momento madre Eva cayó de rodillas frente al arbol y lo abrazo con fuerza, dando la impresión de que estaba apunto de llorar, pero las lágrimas simplemente no salían de sus ojos, las lágrimas no bajaban por sus mejillas como se esperaría, ¿Acaso madre Eva a llorado tanto que ya no le quedan lágrimas para derramar? ¿Entonces, eso significa que ella ha estado en este lugar incluso más tiempo del que yo podría imaginarme? ¿Cuánto tiempo ha estado sola y cuánto tiempo más seguirá de esta forma? ¿Porque no simplemente se marcha?

Supongo que lo que yo piense no importa, pues si ella pudiera abandonar este mundo seguro que ya lo hubiera hecho.

-"Madre Eva, ¿Como puedo ayudarte?"

Pregunté.

Ella se levantó nuevamente y caminó hasta quedar detrás de mi, dónde primero puso sus manos en mis hombros y después me abrazó fuertemente por detrás mientras recargaba una de sus mejillas sobre mi cabeza.

-"El camino que te espera no será fácil hijo mio, pues está lleno de espinos y cardos, sin embargo es necesario que está labor sea completada, y esa persona no puede ser nadie más que tu Abel. Así que por favor te pido que me perdones por poner este gran peso en tus hombros."

Al escuchar eso me estremecí y mis ojos se abrieron de golpe, pues mi mente instantáneamente pensó en muchas cosas, hasta que mis pensamientos fueron interrumpidos por la voz de madre Eva.

-"La razón de porque no he abandonado este lugar es por este pequeño arbol, pues yo deseo sacarlo de aquí. Yo ofrecería mi vida de ser necesario con tal de llevarlo lejos de este inhóspito lugar, por desgracia no puedo hacerlo, no puedo hacerlo por mi misma, y tu tampoco podrás hacerlo Abel, pues para el momento de cuando tú cuerpo físico nació en el mundo de los vivos, este árbol ya no es del tamaño como lo estas viendo ahora mismo, más bien ahora debe ser de un tamaño realmente grande, fuerte y con raíces tan profundas que te será imposible moverlo siquiera un poco, por lo que tienes que quemarlo, tu y tus hermanos Jacob y Dalia tienen que quemarlo y tomar unas cuantas semillas de este mismo árbol y plantarlas lejos de este maldito lugar."

Mamá Eva hablaba con mucha calma, sin embargo aún así se podía sentir tristeza, dolor, desesperación y mucho odio en su voz.

-"Las instrucciones de lo que debes hacer ahora están dentro de ti, y en cuanto toques con tus manos a tus hermanos estás mismas instrucciones serán transmitidas a ellos también. Lamento hacerlo de esta forma pequeño, pero no puedo darte indicaciones directas pues eso sería muy peligroso, así que solo te pido que confíes en tu corazón, confía en tu corazón y deja que guíe a tu mente, si lo haces de esta manera, podrás distinguir lo correcto de lo incorrecto en todo momento y en toda situación, y por ende seguirás y comprenderás todas las instrucciones, deseos y esperanzas que he puesto en ti."

-"Madre Eva, te prometo que quemaré el árbol con ayuda de Jacob y Dalia, y tomaremos las semillas que me pediste para plantarlas en suelo más fértil, en suelo dónde no les falte ni lluvia ni sol."

Dije con mucha confianza.

Después de sentir solo un poco de todo el dolor y la soledad que Madre Eva había experimentado en este maldito lugar, fue suficiente para motivarme en tomar la decisión de ayudarla.

De un momento a otro parecía que todo se había aclarado en mi mente y madre Eva pareció comprenderlo, pues sonrió de una manera muy dulce, y sin esperarlo repentinamente me desperté, me desperté respirando agitadamente, con lágrimas en los ojos, sudor en la frente y también con mucho miedo, un indescriptible miedo que recorría todo mi cuerpo.

De un salto me levanté y me senté, recordando que me había quedado dormido a un lado del lago junto con muchos otros guerreros más, justo dónde se hacen los preparativos antes de las guerras floridas.

-"¿Estás bien muchacho?"

Preguntó alguien desde mi lado derecho.

-"Si estoy bien sacerdote, solo tuve una pesadilla."

Dije mientras daba media vuelta para evitar que me viera al rostro, y entonces aproveché para limpiar mis ojos con una de mis manos de forma rápida.

-"No soy un sacerdote. Me golpeaste repentinamente cuando despertaste, al parecer esa fue una pesadilla algo terrorífica ¿no?"

Preguntó el guerrero, pero al ver que me mantuve en silencio siguió hablando.

-"En fin, te comprendo muy bien, pues yo también tuve mi primera guerra florida hace algunos años, así que comprendo el miedo y la angustia que te produce solo el hecho de pensar en ser capturado y no volver a ver nunca a tu familia y amigos."

Este guerrero precia tener mucha experiencia, pero en ese momento lo único que había en mi mente era madre Eva, además de que trataba de comprender todos los deseos y sentimientos que ella me había transmitido. Pero al escuchar a este guerrero tratando de darme un consejo, no quise ser grosero, así que decidí solo quedarme callado y seguirlo escuchando.

A medida que el guerrero seguía hablando, mi primo Enrique desde mi lado izquierdo despertó y después un joven guerrero más que estaba en nuestro mismo grupo nocturno. Pero al igual que yo, ellos mantuvieron silencio mientras este guerrero seguía compartiendo sus consejos.

-"La primera guerra florida es la mas difícil de todas, pero les prometo jóvenes guerreros que si logran sobrevivir y aceptan su destino como guerreros de los dioses, ya nada podrá detenerlos. Solo recuerden todo lo aprendido en el telpochcalli y en el cuauhcalli cuando salgan al campo de batalla y usen cada recurso disponible a su alrededor, pues de eso dependerá su destino, ya que si no muere su enemigo, entonces quienes morirán serán ustedes."

Este guerrero hablaba con mucha sabiduría. Pero después de haber estado en aquel lugar vacío y con madre Eva por una cantidad indefinida de tiempo, las palabras de este guerrero ya no tenían un peso o significado realmente importante, o al menos ya no apreciaba esas palabras como lo hubiera hecho el antiguo yo antes de que fuera a ese extraño lugar. Ya que ahora mismo es como yo viera el mundo por mis ojos de una manera completamente diferente, pues de alguna manera ahora todo esto a mis ojos es algo muy superficial, como si la próxima guerra florida fuera algo estúpido y sin sentido.

Madre Eva dijo que dejara que mi corazón me guiará, pero... ¿Que hago si mi corazón me dice que abandone este lugar, que no participe en esta guerra, que no asesine y que no dañe a ningún otro ser humano? ¿Debería simplemente desaparecer? No, no existe lugar alguno para desertores, tanto de Tenochtitlan como de Azcapotzalco.

El sol finalmente parece que estaba a punto de salir, y con ello la oscuridad se desvanece poco a poco.

Al voltear la mirada al resto de las hogueras, puedo ver que hay otros 3 guerreros más compartiendo sus experiencias y consejos, mientras que los chicos alrededor de todas las hogueras se comienzan a despertar uno por uno, y se sientan en completo silencio a escuchar lo que dicen estos guerreros.