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Tosió unas cuantas veces—Aquellos a quienes estoy a punto de nombrar, ¡apúrense a empacar sus cosas y váyanse por su cuenta!
Rong Shengsheng no continuó escuchando el resto porque no era asunto suyo.
Fue a su oficina a recoger sus cosas. No había mucho, solo algunas tazas, bolígrafos y pequeñas libretas.
Pero no las tiró, porque aún podrían ser utilizadas por sus hijos.
No desperdiciar.
Salió de la empresa con la caja en sus brazos, levantó la vista al cielo y era temprano en la mañana, todo vibrante y lleno de esperanza.
Ahora, todo lo que quería hacer era ver a Miaomiao.
Así que se sentó en el parterre, sacó su teléfono y le mandó un mensaje a Li Hanxian—Hoy tengo tiempo para ver a Miaomiao, ¿puedes organizarlo?
—Me da miedo tomar un taxi hasta la casa de la familia Li, si Lan Xiyu se entera, será problemático.
Después de enviar el mensaje, miró a su alrededor, esperando la respuesta de Li Hanxian.
