—Intentaré llamarla —dijo mientras tomaba una respiración profunda y sus cejas se fruncían estrechamente, como colinas onduladas.
—Li Hanxian sacó su teléfono y marcó el número de Rong Shengsheng.
—Su corazón palpitaba con ansiedad, pero aún había un destello de esperanza.
—Después de una larga espera, la llamada finalmente se conectó.
—En ese momento, sintió una oleada de alegría, y sus ojos se iluminaron—. Shengsheng...
—Sin embargo, la persona que respondió no era Rong Shengsheng, sino Ai Weixi—. Presidente Li, ¿por qué está llamando a Shengsheng?
—Al escuchar esto, el corazón de Li Hanxian, que había estado colgando de un hilo, se hundió completamente, y la luz en sus ojos se desvaneció poco a poco—. Oh... ¿Dónde está ella?
—Shengsheng recientemente tuvo un incidente; casi perdió el bebé y ahora está en el hospital en reposo para conservar el bebé. Aún no ha despertado. Puedes decirme lo que sea directamente, y cuando despierte, se lo haré saber —respondió Ai Weixi.