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Sin embargo, un minuto o dos después, Lu Pingyang volvió a llamar, diciendo:
—Presidente Li, no hay nada en la habitación de Tong Yiyue, y el niño no aparece por ningún lado.
—Quizás haya algún tipo de puerta secreta, sigue buscando.
—No podemos, parece que alguien está regresando...
Al oír esto, los ojos de Li Hanxian volvieron a destellar con intención asesina, y sus dedos crujieron debido a la tensión.
Dada la situación, no tuvo más opción que hacer que Lu Pingyang se retirara por ahora; de lo contrario, si alguien los descubría, sería problemático buscar a los niños la próxima vez.
Porque la familia Tong definitivamente reforzaría sus defensas, o tal vez moverían a los niños...
Después de colgar el teléfono, con la mirada oscura y pensativa, se volvió hacia Tong Yiyue, queriendo continuar interrogándola acerca de dónde exactamente estaban escondidos los niños, pero después de llamarla durante un rato, ella no tuvo ninguna reacción.
Ayudó a fruncir el ceño.