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Tras pensar un poco, se dio la vuelta, decidiendo que preguntaría a los niños acerca de Li Hanxian más tarde.
No había necesidad de preguntarle directamente, porque eso sería algo incómodo.
Además, probablemente... él no quería verla de todos modos.
Pero quién sabría que al levantar la vista, vería al hombre apoyado en la barandilla del pasillo, sus fríos ojos de fénix carentes de calidez, su rostro aparentemente helado. Una venda estaba enrollada alrededor de su cabeza, y se veía pálido, pero la voz que emitió era tan fría como un cuchillo, —Ya que estás aquí, ¿por qué no entras?
Rong Shengsheng se quedó atónita. ¿No habían dicho que la familia Li ya estaba organizando los arreglos funerales de Li Hanxian?
¿Cómo podía estar él aquí, vivo y coleando?
¿Había sido engañada?
Ella dio una sonrisa tenue, —Vine... a agradecerte por salvar mi vida, gracias...
A decir verdad, Li Hanxian también la había salvado muchas veces...
