Entre un áspero chillido de frenos, el coche se detuvo.
Li Hanxian frunció el ceño descontento —¿Qué pasa?
—A menudo traigo a los dos niños a jugar en lugares como este, y es muy probable que puedan estar adentro. Vamos a buscarlos.
En ese momento, los labios de Li Hanxian temblaron un par de veces. ¡Esta mujer era realmente poco confiable, este lugar es una discoteca!
Los niños todavía son muy jóvenes, ¿cómo puedes traerlos a un lugar así? ¿No temes afectar su psique?
Rong Shengsheng salió del coche y se dio cuenta de que Li Hanxian todavía estaba en el vehículo. Frunció el ceño con algo de confusión —¿Por qué no has salido todavía? ¿No quieres buscar a los niños? Pareces ser todo palabras y ninguna acción.
Li Hanxian reprimió su ira y finalmente salió del coche. Su mirada fría se posó en Rong Shengsheng —Si te atreves a engañarme, solo espera.
Rong Shengsheng se estremeció pero fingió no oír y se apresuró a entrar en la discoteca.
