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Preguntó suavemente:
—¿Siempre has lucido así?
El corazón de Rong Shengsheng dio un vuelco cuando bajó la cabeza ansiosa. ¿Había notado Li Hanxian algo?
¿Podría ser que el maquillaje en su rostro se hubiera corrido?
Se retorcía los dedos nerviosa:
—Sí, siempre he lucido así, Presidente Li, ¿por qué pregunta de repente?
Li Hanxian se sintió algo decepcionado al escuchar su respuesta. No comprendía por qué se sentía tan desanimado o qué era lo que realmente esperaba.
El rostro de Rong Shengsheng no guardaba ninguna semblanza con la mujer de hace cinco años aquella noche.
No había absolutamente ninguna conexión entre las dos.
Suspiró:
—Nada...
Mientras hablaba, se quitó la chaqueta y la colocó sobre Rong Shengsheng.
Sin quererlo, echó un vistazo a un lunar negro en su espalda.
Su ropa estaba rota, permitiendo una vista parcial, pero el lunar estaba medio oculto y su forma indistinta.
