—En cuanto a esta pregunta —Li Hanxian estuvo en silencio durante bastante tiempo antes de decir despacio—, resulta que tengo algo que hacer, así que no iré. En ese momento, haré que mis padres vayan y se disculpen con los niños en mi nombre.
Al oír esto, Rong Shengsheng sintió una incomodidad indescriptible y su ánimo se volvió extremadamente complejo. No pudo evitar preguntar:
—Hanxian, ¿no te sientes bien?
—No, no pienses demasiado. Si estuviera enfermo, ¿por qué habría vuelto? Debería estar yendo al hospital.
—Entonces... Bueno, cuídate, y recuerda tomar tu medicina a tiempo.
La medicina no surtía efecto, y Rong Shengsheng de repente no sabía qué hacer. Ella había aprendido medicina tradicional china de una anciana en el campo cuando era joven, pero no había alcanzado el nivel de una gran maestra... Para ella, deshacer el veneno era incluso más difícil que subir al cielo.
