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—¿Registro de hogar negro? —Li Jingming se quedó boquiabierto por unos segundos, entrecerró los ojos, sin poder creerlo.
—Xiaoguang se rió de nuevo y añadió:
— A lo largo de los años, nos hemos encontrado con gente con registro de hogar negro; no es inusual. Bien podría haber cometido algún crimen y luego haber anulado su registro.
—Eso es perfecto. Necesito a alguien sin registro de hogar para que trabaje para mí, aunque signifique sacrificar su vida. Nadie jamás sabría si muriera, la policía no podría encontrar ningún rastro. Con un valor tan alto, ¡debemos hacer buen uso de él! —exclamó Li Jingming.
—Jefe, ¡realmente eres brillante y poderoso! —aprobó Xiaoguang.
—¡Ve y habla con él! ¡Encuentra una manera de hacer que acepte esto! —ordenó Li Jingming.
—¿Realmente necesitamos hablar? Simplemente átale las manos y tírale a tus pies, y aunque no quiera aceptar, tendrá que hacerlo —propuso Xiaoguang.
—Li Jingming pateó la rodilla de Xiaoguang irritado: