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Li Hanxian la miró fijamente a los ojos —¿De verdad?
—Por supuesto que es verdad...
Antes de que pudiera terminar la frase, Li Hanxian besó sus labios con fuerza, silenciando su voz.
El tacto familiar y el acelerado latido de su corazón eran exactamente iguales que antes, inmutables, pero ella sabía que esto era solo otra de las artimañas de Li Hanxian para jugar con ella.
Y por alguna razón, no pudo evitar sumirse lentamente en ese tierno beso.
No...
Debía rechazarlo...
Con el último atisbo de racionalidad, las pequeñas manos de Rong Shengsheng empujaron contra el firme pecho de Li Hanxian, solo para ser capturadas y aprisionadas contra la pared.
Li Hanxian la miró con ojos suaves y profundos —Rong Shengsheng, no quiero que te vayas. ¿Sabes cuánto me he arrepentido estos días? No paro de pensar, si no hubiera dicho aquellas cosas aquel día... no habríamos perdido la oportunidad.
