El mayordomo realizó varias llamadas telefónicas, pero sin éxito. Li Jinghong se desplomó en el sofá como un montón de barro, lágrimas recorriendo su rostro, —Mis nietos, estaban justo frente a mí, ¿cómo pudieron desaparecer así....
—Soy realmente inútil... ni siquiera puedo proteger a mis propios nietos.
Zhu Miaoyue, con lágrimas en los ojos, sacó su teléfono, —Voy a decirle a Hanxian ahora mismo, para que se apresure a encontrar a los niños.
Sin embargo, sus llamadas no se conectaban, lo que solo aumentaba su ansiedad, —¿Qué pasa, por qué no puedo comunicarme con Hanxian? ¿Podría ser... que algo le haya pasado??.
Li Jinghong levantó los párpados, llenos de preocupación, —Hablando de eso, ¿cuándo se fue Hanxian??.
El sirviente respondió, —Parece que el Presidente Li se fue anoche.
Ante esto, tanto Li Jinghong como Zhu Miaoyue jadearon, sus rostros golpeados por el horror, sin pensar supieron que algo debía haber salido mal!
———
Hospital.