Al terminar de hablar el subastador, toda la sala de subastas cayó en un silencio peculiar.
Incluso Yan Ling lo encontró bastante extraño.
—¿Qué diablos estaba tramando el Rey?
Según los eventos normales, ¿no debería continuar aumentando la oferta en este momento?
—¿Por qué de repente estaba en silencio? —No solo Yan Ling estaba perplejo, sino también Pu Xiusi.
Esperaba que el Rey le ayudara a desahogar su ira, pero después de esperar mucho tiempo, nada ocurrió.
¡No, no podía quedarse de brazos cruzados!
Si esto continuaba, el niño obtendría la insignia del clan de la familia Leo.
Pu Xiusi estaba a punto de continuar pujando a cualquier costo.
Pero en ese momento, el hombre en el asiento principal comenzó a hablar.
—Las cosas que no quiero, incluso si se destruyen, ¡nadie más puede tenerlas!
Al escuchar esto, Pu Xiusi inmediatamente bajó su cartel.
—¡El Rey estaba enojado!