Ante estas abrumadoras acusaciones, la agente de seguridad no sabía qué hacer.
Solo había un pensamiento en su mente.
¡Estaba perdida!
Su carrera había llegado a su fin y el título de "cazafortunas" continuaría siguiéndola.
Justo cuando la agente de seguridad dejó de intentar explicarse y pensó que nada podía cambiar, una voz clara y agradable resonó.
—Ella no intentó seducirme, solo se sintió avergonzada por mi gratitud. Si no hubiera sido señalada deliberadamente, no se habría desperdiciado un tiempo precioso.
Al oír estas palabras, todos volvieron sus ojos hacia el joven con rasgos occidentales y cabello negro.
Era increíblemente guapo, su encanto similar al de una estrella de cine a primera vista.
Incluso las pasajeras de mediana edad no pudieron evitar quedarse mirando a un hombre tan guapo.
Yan Ling se acercó al agente de boletos, aparentemente ajena al asombro en los ojos de todos, y se disculpó: