Gao Chong sabía que Pang Yu no tenía intención de hacer daño al expresar esos pensamientos.
Solo estaba considerando el bienestar del Señor Qi.
¡Pero si no podía ajustar su propia actitud, algún día podría cometer una acción lamentable!
No queriendo que esta situación ocurriera, Gao Chong no tuvo otra opción que hablar de manera algo dura.
—Las habilidades de la Señora son definitivamente superiores a las nuestras. En lugar de dudar del juicio del Señor Qi, deberías enfocarte en mejorar tu propia fuerza, para que al menos la próxima vez el Señor Qi no tenga que arriesgarse a salvarte...
Al escuchar a Gao Chong hablar de esta manera, Pang Yu no pudo evitar bajar la cabeza avergonzado.
¡El hecho probó que Gao Chong tenía razón!
Si no fuera por su impulsividad, el Señor Qi no necesitaría tomar este paso.
¡Él era el ignorante, arrogante y tonto!
Al darse cuenta de que estaba al borde de repetir sus errores pasados, Pang Yu respondió desanimadamente: