Lin Jinxiang echó un vistazo a ese cerdo tonto.
Concentrándose en cómo inyectarle la poción especial en los momentos finales.
Pero las cosas no siempre salen como se planean, siempre hay un idiota que causa problemas.
—Señor Jin Xiang, como juez principal, su favoritismo hacia cierto competidor hace difícil no sospechar que hay tratos inapropiados entre ustedes. Por la equidad de la competencia, creo que es mejor dejar que otros jueces inspeccionen la tasa de recuperación del último sujeto experimental —El Coronel Daimoto era de verdad un intrigante.
Después de darse cuenta de que Lin Jinxiang había desertado, se puso en alerta máxima.
Lin Jinxiang, que originalmente estaba listo para jugar una mala pasada, acababa de ver sus planes frustrados... ¡Maldición! Está bien que él manipule la situación, pero no que otros hagan lo mismo.
No es de extrañar que siempre se diga que los habitantes del País Insular son mundialmente famosos por sus "dobles estándares".