El coronel Daimoto resopló con desdén después de escuchar las palabras de Yan Ling.
—Debes estar bromeando. El tubo de ensayo se ha hecho añicos. ¿Cómo podrías tener pociones restantes? —dijo.
Yan Ling, imperturbable, se acercó a la mesa y recogió una pequeña taza de medir discreta.
—Aquí, esta es la poción que hemos extraído —anunció.
La multitud siguió su voz, pero no pudieron ver ninguna poción en la pequeña taza de medir.
—¡No hay poción ahí! Creo que solo estás tratando de evitar la eliminación jugando trucos y desperdiciando el tiempo de todos —exclamó alguien.
El que hablaba era el reportero del país T a quien Yan Ling había refutado anteriormente.
Al escuchar su desafío, los competidores del país T rápidamente secundaron:
—Así es, nuestro tiempo es valioso. Dado que no te quedan pociones, retírate voluntariamente de la competencia y deja de desperdiciar nuestro tiempo.
Los demás competidores parecían insatisfechos al escuchar estas palabras.
