El personal de seguridad detuvo al peatón y dijo cortésmente:
—Espere por favor. ¡Las reglas de la competición estipulan que cada concursante solo puede traer un acompañante!
Como si no entendiera lo que el personal de seguridad decía, el peatón lo ignoró y siguió caminando hacia adelante.
El personal de seguridad no tuvo más remedio que hacer que sus colegas detuvieran al hombre.
El peatón, vestido con ropaje tradicional, se irritó cuando su camino fue bloqueado nuevamente.
Vociferó con enojo, pero el personal de seguridad no pudo entender ni una palabra y repetidamente enfatizaba que los competidores no pueden traer tantas personas.
Mientras el personal de seguridad explicaba, el líder del grupo, un hombre bajito con patillas, sacó un arma de su cintura:
—¡Cállate, bastardo, o te vuelo la tapa de los sesos!
Esta acción hizo que todos los presentes se pusieran pálidos.
En este país, la posesión de armas estaba prohibida.