—¿Cómo llegué hasta aquí? —Yan Ling recordó que antes de desmayarse, había visto a aquel asesino enajenado, con el puñal apuntando directamente a su corazón.
—¡Había fallado! La aguja de plata incrustada en el pecho de Black Python no había tenido efecto.
—Black Python no solo era inmune al veneno, sino también a los anestésicos. Solo se enteró de esto cuando le arrebató el teléfono a Black Python después de que este contestara una llamada de Qi Yunjue, y fue noqueada por él.
—¡Ya era demasiado tarde! Antes de desmayarse, escuchó a Black Python decir que iba a tomar represalias de la misma manera, rompiéndole un brazo para hacer sufrir sin fin a Qi Yunjue.
—Pero, ¿por qué nada de esto ocurrió? ¿Fue Qi Yunjue quien detuvo a Black Python a tiempo? —Los ojos de Qi Yunjue se oscurecieron ante la pregunta, pero no ocultó nada.
—No detuve a Black Python. Cuando llegué a la habitación, ¡Black Python ya se había ido! ¡Y tú estabas acostada tranquilamente en el suelo!"