—¡Está bien, no lo haré de nuevo!
El hombre la sostuvo firmemente, su barbilla reposando sobre su cabeza. Su voz ronca resonaba con determinación, como un solemne juramento.
Pero algo parecía no estar bien.
Yan Ling sintió que Qi Yunjue actuaba raro hoy.
No era que él reconociera su error sin vacilar.
Era la manera en que la miraba, como si estuviera viendo a una exnovia a la que hacía mucho que no veía.
Espera un minuto...
¿Podría ser que su sueño se convirtiera en realidad nuevamente, y Qi Yunjue la traicionara, reavivando una vieja llama con su exnovia?
No era sorprendente que pensara tales cosas.
La última vez que soñó que Qi Yunjue era disparado, no parecía más que un sueño.
¡Sin embargo, poco después, ese sueño se convirtió en realidad!
¡Qi Yunjue realmente había sido disparado, y su estado parecía bastante grave!
Pensando en ese sueño, el corazón de Yan Ling palpitaba dolorosamente.