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Yuan Bao estaba acostumbrado a ser independiente desde que era pequeño.
Esta era la primera vez que alguien más lo cuidaba.
¡Sería mentira si dijera que no se sentía conmovido!
Pero, al mirar su brazo firmemente vendado, aún no podía estar feliz.
Al principio era solo un rasguño menor, ¡pero ahora no podía moverlo para nada!
En contraste con las casi lágrimas de Yuan Bao, Qi Tiantian estaba muy orgullosa.
—Cuando crezca, voy a ser una doctora que salva vidas y cura a los heridos, ¡justo como Mami! —dijo ella.
Yuan Bao: ...
Esta persona quiere ser una doctora salvavidas con habilidades como estas.
Probablemente, a un paciente sin enfermedad se le diagnosticaría una.
Hablando de Yan Ling, Qi Tiantian de repente se inclinó cerca de Yuan Bao y susurró:
—Hermano mayor, creo que ya no tenemos que preocuparnos por hacer de celestinas para Mami y Papá. Mami parece que ya le gusta Papá, ¡así que pronto podremos llamarla Mami abiertamente! —murmuró ella.
