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Al escuchar las palabras del Asistente Jin, tanto An Qianqian como An Qiuyue mostraron caras algo desagradables.
El significado detrás de las palabras del Asistente Jin era directo.
Si querían salvar a Hao Lian Yong, tenían que rogarle a Yan Ling, suplicarle al Señor Qi no tenía utilidad.
¿Pero cómo podrían rogarle a ella?
Ignorando el insulto que An Qiuyue dirigía hacia Yan Ling, para An Qianqian, hasta el tuétano, ella despreciaba a Yan Ling.
En sus ojos, Yan Ling era como esas personas en el círculo del entretenimiento que ascendían al poder aprovechándose de las reglas no escritas. Aparte de depender de los hombres, no tenía otras habilidades.
Es solo que Yan Ling tuvo un poco más de suerte, simplemente confiando en la influencia del Señor Qi.
An Qianqian no estaba dispuesta a aceptar esto. Ella había trabajado tan duro durante tantos años, ¿por qué debería ser superada por una mujer como esta que no merecía aparecer en el escenario?
