—¿Esa chica tuvo el descaro de llamarme perra? ¿Puedes creer que colgó la llamada? ¡Increíble! —dijo Amelia con frustración escrita en toda su cara. Había visitado a Michelle después de que Selene le diera una probada de su propia medicina.
Michelle suspiró.
—Solo tiene confianza porque tiene a Xavier a su lado. Si no fuera por su poder para hacer cualquier cosa, no se habría atrevido a decirte algo así —respondió Michelle—. Pero esto no ha terminado. Cuando termine de tratar con ella, no querrá cruzarse conmigo nunca más. Se esconderá o dejará esta ciudad para regresar a Nexus, de donde vino —agregó con un toque de frustración también.
—¿Qué planeas hacerle ahora? —preguntó Amelia. Ella sabía que su hija siempre tenía uno de los mejores planes cuando se trataba de Michelle. Ella fue quien ideó la prueba de la naranja cuando vieron a Selene por primera vez.
Michelle sonrió con malicia.