—¿Recuerdas todo lo que te dije? —le preguntó Kace a Allison una vez más y ella asintió entendiendo, sus ojos rojos y el rostro pálido por haber llorado tanto durante las noches que habían pasado.
—Lo hago —respondió ella, su voz ronca pero aún audible.
La mirada de Kace se suavizó aún más, deseando poder envolverla en un cálido abrazo. Sin pensarlo, hizo lo que quería hacer, rodeando sus brazos alrededor de ella y asegurándose de que no hubiera espacio entre ellos, casi haciéndola su segunda piel.
Sorprendida, Allison correspondió al gesto rodeando también los brazos alrededor de él, sintiendo calor esparcirse alrededor de su corazón, al mismo tiempo que su corazón latía más rápido cuando el perfume de él inundó sus fosas nasales.