—Por una vez, pensé que usarías tu cerebro —dijo Xavier con una mueca—. Pero olvidé que allí arriba no tienes nada. Caminó hacia Richard con calma y precisión antes de asestar un golpe final a su mandíbula, enviándolo completamente inconsciente. Xavier se quedó parado sobre él, con los ojos fríos, mientras la habitación caía en un silencio inquietante.
Todo había sucedido tan rápido. Tracie había querido golpear a Richard, pero Xavier apareció de la nada y le dio el último golpe.
Jeffrey llamó inmediatamente a sus hombres y les ordenó que sacaran a Richard de la habitación.
El Señor y la Señora Wallace no pudieron regañar a Xavier por lo que había hecho. Aunque no presenciaron todo el acontecimiento, habían visto suficiente para saber que Richard había ido demasiado lejos con su despreciable boca.