—Quiero que dejes la industria del entretenimiento —exigió Michelle.
Selene la miró fijamente. —¿Qué? No podía creer lo que estaba escuchando. Pensó que sus tímpanos le estaban jugando una mala pasada. —¿Qué acabas de decir?
—Me oíste bien —respondió Michelle, avanzando un paso hacia Selene—. Quiero que dejes la industria del entretenimiento y te vayas lejos. A algún lugar donde no te vea y quiera despedazarte para luego alimentar a los perros callejeros con tus huesos —amenazó con una sonrisa.
Selene alzó la barbilla y miró a Michelle desde arriba ya que era más alta que esta.
Completamente imperturbable por su amenaza, preguntó, —¿Así que quieres deshacerte de mí como lo hiciste con Anastasia?
El corazón de Michelle se saltó un latido al mencionar el nombre de Anastasia. Había pasado casi un año pero ese nombre aún la perseguía.