Sofía se despertó en una habitación oscura y fría, sin ventanas ni muebles. La única luz provenía de una pequeña lámpara en la esquina de la habitación. Se sentó en la cama, intentando recordar cómo había llegado allí. Pero su memoria estaba borrosa.
De repente, escuchó un ruido detrás de ella. Se dio la vuelta, y vio a una figura encapuchada acercándose a ella. La figura le entregó un vaso de agua y una pastilla. Sofía dudó, pero su sed y dolor de cabeza eran demasiado intensos. Tomó la pastilla y bebió el agua.
De repente, la habitación empezó a girar. Sofía se sintió mareada y confundida. La figura encapuchada se acercó a ella, sonriendo. "Ven conmigo", dijo.
Sofía intentó resistirse, pero sus piernas no respondían. La figura la levantó del suelo y la llevó hacia una puerta secreta en la habitación. Al otro lado de la puerta, Sofía encontró un pasillo largo y oscuro. La figura la llevó hacia una sala de experimentos, llena de equipo médico y monitores.
Sofía vio a otros jóvenes en la sala, todos con expresiones de miedo y confusión. Pero había dos que llamaron su atención. Uno de ellos era alto y delgado, con ojos profundos y cabello rubio. El otro era más musculoso, con ojos intensos y cabello oscuro.
De repente, el Dr. Blackwood entró en la sala, sonriendo. "Bienvenidos, jóvenes", dijo. "Soy el Dr. Blackwood. Y ustedes son mis nuevos sujetos de experimentación".
Sofía sintió un escalofrío en la espalda. ¿Qué quería decir el Dr. Blackwood? ¿Qué tipo de experimentos iban a hacer con ellos?
La figura encapuchada se acercó a ella, susurrando algo en su oído. Sofía se sintió mareada y confundida.
De repente, todo se volvió negro.
Sofía se despertó en una celda oscura y fría. No sabía dónde estaba ni qué había pasado. Solo sabía que tenía que escapar.
Se levantó y empezó a caminar por la celda, buscando una salida. Pero no había ninguna.
De repente, escuchó un ruido detrás de ella. Se dio la vuelta, y vio a uno de los jóvenes de la sala de experimentos. Era el alto y delgado, con ojos profundos y cabello rubio.
"¿Quién eres?" Sofía intentó gritar, pero su voz estaba débil.
El joven no respondió. En su lugar, se acercó a ella y la abrazó.
"Estoy aquí para ayudarte", susurró. "Tenemos que escapar".
Sofía se sintió confundida. ¿Podía confiar en este joven? ¿O era una trampa?
De repente, escuchó un ruido detrás de ellos. Se dio la vuelta, y vio al Dr. Blackwood y a la figura encapuchada acercándose a ellos.
"¡No!" Sofía intentó gritar, pero era demasiado tarde.
El Dr. Blackwood sonrió. "No escaparán", dijo. "Ustedes son mis sujetos de experimentación. Y siempre serán míos".
Y entonces, todo se volvió negro.
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