En lo más profundo del bosque, las aves cantaban en armonía mientras los grillos acompañaban con su sinfonía y las luciérnagas iluminaban el lugar con sus destellos. Pronto, esta calma se vio interrumpida cuando todas las miradas se volvieron hacia un punto: un hombre moribundo que cojeaba.
Las aves emprendieron vuelo, los grillos comenzaron a saltar alejándose, pero las luciérnagas permanecieron en su sitio, danzando en el aire con sus regordetes cuerpos. El hombre pronto cayó rendido al suelo. Con dificultad, se dio la vuelta y enfocó su mirada en la luna. Su respiración, antes agitada, comenzó a calmarse. Con un esfuerzo supremo, movió su brazo hacia su pecho y, cerrando los ojos, se concentró en su energía espiritual, casi agotada salvo por pequeñas gotas dispersas irregularmente.
Normalmente, más gotas deberían caer y formar lentamente un pequeño océano, pero el hombre había tenido un combate a vida o muerte. Aunque logró vencer, pronto fue perseguido por fuerzas externas. En este punto, su corazón espiritual había sido dañado y sus meridianos destruidos, dejando su manantial en este estado precario. Incluso si lograra sobrevivir, tendría que vivir como un lisiado. Los miles de afiches de "Se busca" ya eran conocidos por gran parte del mundo; naturalmente, sería encontrado y, sin medio alguno para defenderse, la muerte sería lo más obvio.
Incluso ahora, sus heridas eran bastante profundas. Algunas partes de su cuerpo dejaban visibles sus huesos pálidos. La sangre, que antes caía en torrentes, ahora goteaba lentamente. Estaba al umbral de la muerte.
"Jajaja…" El hombre comenzó a reír. Su nombre era Sun An.
De hecho, él era un reencarnado. Una serie de infortunios en su vida lo habían dejado a merced de un invierno nunca antes visto en la Tierra. Tras pérdidas desgarradoras para él, murió enterrado en la nieve. Sin embargo, la vida tenía otros planes y, al abrir los ojos, se encontró con otro paisaje.
¡Había reencarnado!
Anteriormente, había escuchado de estas historias por un compañero de clases que solía hablar de ellas con su grupo de amigos. Aunque nunca le llamaron la atención los webcomics o la lectura en general, nunca imaginó que sería testigo de primera mano de un evento tan absurdo como este. Finalmente, aceptó su situación y se adaptó a este nuevo mundo rápidamente.
Varios deseos de su juventud volvieron a florecer en su corazón. En este mundo mágico, las posibilidades eran infinitas. ¡Definitivamente había un lugar para él aquí! Pero tan rápido como florecieron estos deseos, así de pronto murieron.
La vida en este mundo era bastante dura. Había nacido en una pequeña aldea compuesta por tres sectores: el sector mortal, donde vivían las personas sin capacidades para cultivar o los esclavos; el pueblo principal, donde se encontraban los cultivadores; y finalmente, la casa del jefe de la aldea, un espacio grande donde se discutían las decisiones importantes y se elegía al jefe.
Afortunadamente, nació en una familia de cultivadores. Aunque sus padres solo ostentaban el rango mortal, esto era suficiente para hacer la prueba de ser un cultivador.
"¡Sun An, talento de grado F!" Esto fue un gran golpe para él. ¿Tendría que vivir su vida como un simple mortal de ahora en adelante?
¡Claro que no!
Día y noche cultivó tratando de igualar el talento de sus superiores, pero pronto se dio un golpe fuerte de realidad. El talento lo era todo en esta etapa inicial del cultivo, y este era innato. No se podía elegir con qué talento nacer. Principalmente, el cuerpo puede almacenar un 100% de energía espiritual; esto aplica para todos, mortales y cultivadores. Lo que cambia es la capacidad de energía espiritual que puede usar tu cuerpo.
Aunque la energía espiritual está presente en todos los seres vivos, no todos pueden usarla. Prueba de esto son los orígenes de la humanidad: seres que nacieron con inteligencia y capacidad de adaptación, pero sin la capacidad de usar energía espiritual. Gracias a las circunstancias que atravesaron a lo largo de los años, los humanos lograron encontrar la manera de usar la energía espiritual. El proceso fue tedioso y la humanidad casi se extinguió. Ahora, con la capacidad de cultivar, podían elevar su poder a niveles nunca antes vistos y finalmente se alzaron como la raza dominante. Pero no todos podían cultivar.
Hay personas que nacen con un 90% de su energía espiritual destinada a procesos diarios. Si tratamos de pasar este porcentaje al % que se puede usar, el cuerpo sufrirá cambios que lo llevarán a la muerte.
Sun An nació con un 37% de energía espiritual libre. Aunque fue difícil, a los 17 años logró alcanzar a sus padres. Pero aunque sus padres estaban orgullosos de él, Sun An sabía que era débil. Tenía compañeros que nacieron con un 90% de su energía libre, y ya habían ascendido al rango de discípulo avanzado en la etapa 5. Sun An solo estaba en discípulo intermedio de la etapa 4. Sin apoyo, solo le quedaba buscar una oportunidad divina para ascender de rango. Tristemente, su aldea sufrió una invasión de un clan enemigo y Sun An tuvo que huir. En la huida, fue testigo de cómo miles de conocidos e incluso los talentos de grado A fallecieron.
¡Sun An era el único sobreviviente de su aldea! Era miembro de la aldea Yang, por lo que su nombre completo era Yang Sun An, pero debido a que todos los miembros compartían este apellido, lo omitían.
Sun An pasó un tiempo en el bosque. Aunque al principio su vida fue tranquila, la llegada de las bestias y su inexperiencia lo hicieron víctima de la naturaleza. Con el tiempo, Sun An dejó totalmente la aldea y comenzó a vagar por el mundo. A veces, se alentaba con los recuerdos de su vida anterior, pero poco a poco perdió la esperanza.
A los 26 años, solo había alcanzado el rango de discípulo avanzado en la etapa 3. Aunque no tenía tiempo para cultivar debido a su vida en la naturaleza, tampoco es como si su talento ayudara mucho.
¿Qué perseguía? ¿Por qué no darse por vencido?
Esas preguntas invadían la mente de Sun An todas las noches mientras veía la luna. La vida de Sun An mejoró cuando se topó con una aldea. Al principio, la gente sospechaba de él, pero pronto todo cambió cuando vieron su buena actitud y disposición a ayudar. Pero no podía quedarse en un lugar toda su vida.
Sun An viajó y tuvo bastantes encuentros de vida o muerte. Después de muchos años llenos de sangre y sacrificio, finalmente estaba a punto de dejar el reino mortal. Una gran calamidad lo azotó. Perdió mucho, pero finalmente se libró de los grilletes del talento. La ascensión a inmortal no solo brinda un poder superior al de los mortales, sino también una reconstrucción del cuerpo en sí. Tanto la energía espiritual como su manantial sufren un cambio drástico, ¡el cuerpo es capaz de usar el 100% de su energía!
Con esto, Sun An siguió su camino hacia la cima. Varias decisiones lo llevaron a tomar un rumbo distinto y ganarse el odio de las masas. Finalmente, tras ser emboscado por el clan Xu, libró una ardua batalla con Xu Dong Hai. Aunque logró matarlo, los demás miembros del clan Xu lo dejaron al borde de la muerte.
La mirada de Sun An estaba tranquila; murió haciendo lo que quería. ¿Para qué arrepentirse?
Pronto, la imagen de alguien que no había visto en años volvió a su mente. Pero su cuerpo quedó inmóvil, su respiración se detuvo y sus ojos quedaron abiertos, con la mirada fija en la nada. Sun An había muerto.