John:
Veo que alguno de ustedes escaparon, pero bueno, 5 de ustedes vayan a cazarlos, no quiero perder a ningún duende.
Duendes controlados:
-Van a buscar a los duendes que se escaparon de ser controlados por la piedra-
Narrador:
Los duendes, son unas criaturas bajas y encorvadas, de alrededor de un metro de altura, con extremidades desproporcionadas. Sus brazos son anormalmente extensos, casi arrastrando por el suelo, mientras que sus extremidades inferiores son cortas y torcidas, dándole una apariencia deforme y desequilibrada al caminar. Su piel, en lugar de ser verde, es de un gris cenizo, como si estuviera siempre cubierto de polvo o cenizas. El rostro de los duendes es angular y sucio, con una nariz larga y torcida, dientes afilados y desparejos que sobresalen cuando sonríe. Los ojos, pequeños y rojizos, brillan con malicia y astucia.
John:
(Cumpliré con la promesa padre, traeré al salvador a toda costa. Lo bueno es que con Énkhthys puedo hacer el trabajo más fácil)
-Dice mirando la piedra-
Narrador:
Hace 400 años, un arqueólogo fue a una región específica, en un lugar donde supuestamente habia un civilización olvidada, estaba explorando una de las muchas cuevas que habían en esa region. Habia investigado bastante, hasta que en un momento de bajar tanto, noto que había como una especie de palanca, el muy confundido jala la palanca con miedo. El cierra sus ojos con miedo pensando que va a morir, pero después de unos segundos siente que nada a pasado.
Explorador:
¿Qué es lo que active entonces?
-Preguntaba viendo que todo seguía. Y luego noto que ahora en medio de la cueva se levantó una especie de pilar de roca pequeño, y en la cima de ese pilar hay un libro-
¿Qué demonios...?
-El se acerca y ve que el libro parece estar muy manchado con polvo y apenas se diferencia las hojas. El limpia el polvo lo más posible, hasta que por fin puede ver el nombre decía "Eliot". El abre el libro y la primera página estaba en idioma de Egipto pero el lo entendía perfectamente, y el comienza a leer:
Primera Página: El Encuentro con Éliot
En los tiempos que precedieron la gran fractura del ser, Éliot caminó entre los mortales, no como un dios distante, sino como un mentor y guía en un mundo que buscaba comprensión. En aquellos días de antiguos reinos y civilizaciones olvidadas, Éliot se mostró a los humanos no con la magnificencia de su poder primordial, sino con la sabiduría de un maestro que ansía compartir el conocimiento del cosmos y el equilibrio de las fuerzas que rigen el mundo.
Éliot, en su forma primordial y completa, se presentó en la Tierra en un periodo de paz incierta, cuando la humanidad estaba al borde de un gran despertar. No era una deidad temida o venerada, sino un ser que impartía enseñanzas y secretos sobre la armonía universal, la conexión entre las estrellas y la tierra, y el propósito de la existencia. Su presencia fue conocida a través de signos y símbolos que aparecieron en la naturaleza y en las obras de arte de los pueblos antiguos, quienes interpretaron estos signos como mensajes divinos.
Durante eones, Éliot estableció una red de comunicación con los líderes y sabios de las primeras civilizaciones, instruyéndolos en los misterios de la vida y el equilibrio de las fuerzas naturales. Los humanos construyeron templos y grabaron inscripciones en piedra, transmitiendo las enseñanzas de Éliot a través de generaciones. No obstante, estos conocimientos, aunque valiosos, eran solo fragmentos de una verdad más profunda y compleja que Éliot guardaba celosamente.
A medida que las eras avanzaban, la comprensión y la influencia de Éliot comenzaron a decaer, y las enseñanzas originales se distorsionaron con el tiempo. El contacto directo con Éliot se volvió cada vez más raro, y finalmente, en un acto de preservación y transformación, Éliot eligió dividir su esencia en fragmentos para salvaguardar la sabiduría universal y preparar el terreno para su regreso futuro. Así nacieron las anomalías, cada una portadora de una parte de la antigua verdad, esperando el momento en que se reunieran para restaurar el equilibrio del mundo y permitir el retorno de Éliot a su forma completa.
Este libro es el testimonio de aquellos tiempos, un registro de la conexión perdida entre la humanidad y el ser primordial que aún busca ser recuperada.
Explorador:
¿Eliot? ¿Anomalías? Esto suena a típica religión pero...las palabras que se usan no suenan tan fantásticas. Lo único que me preocupa es como es que este libro puede mantenerse intacto por dentro de las páginas y las hojas.
-El lleva consigo el libro y se le dificulta subir y todo hasta salir de la cueva-
Bueno...supongo que voy a ofrecer exhibir esto en algún museo quizás cuando me paguen...
Narrador:
El arqueólogo que descubrió el Libro de Éliot lo vendió a un museo por millones, donde permaneció hasta que Daniel Kastner, un lingüista contratado por el museo, logró descifrar partes del texto. Daniel no estaba interesado en la fe ni en Éliot como un dios, sino en el poder que el libro mencionaba: la capacidad de controlar anomalías.
Motivado por la ambición, Daniel robó el libro, utilizando su conocimiento del museo para desactivar las alarmas sin dejar rastro. Se refugió en un pequeño pueblo aislado, donde continuó estudiando el libro en secreto.
Sin embargo, al darse cuenta del peligro de sus descubrimientos, decidió mantener el evangelio de Éliot confinado solo al pueblo, temiendo que el conocimiento se usara de forma destructiva si se difundía al mundo exterior. Así, por lógica y no por devoción, el evangelio quedó oculto en ese lugar remoto.
Pero eso pase hace años, actualmente en el pueblo solo muy pequeña parte están en la secta. Lo que cambio el rumbo original fueron dos cosas, que antes de que Daniel muriera, les había enseñado a los miembros a como traducir el libro, y lo segundo, fue cuando encontraron una pagina dedicada a una piedra y un capítulo entero dedicado a ella:
Título: Enkhthys de Orkalon
Página del Libro de Éliot:35#
Enkhthys de Orkalon, más que un simple objeto, es una anomalía en sí misma, un fragmento de la esencia de Éliot que no tomó la forma de un ser vivo, sino de una piedra. De un color púrpura profundo, su brillo parece pulsar con una vida propia, aunque carece de corazón o mente. Esta anomalía tiene una cualidad que la distingue de todas las demás: el poder de someter la voluntad de aquellos cuya mente es débil. Al reflejar su luz en los ojos de los que la observan, Enkhthys teje hilos invisibles que atan sus pensamientos, volviendo a la víctima un mero instrumento de la voluntad de quien posea la piedra.
Se dice que Orkalon, un territorio perdido en las nieblas del tiempo, fue el lugar donde este fragmento se manifestó por primera vez. En aquel entonces, la piedra no tenía forma concreta, pero a medida que fue extrayendo poder del entorno y de las almas de los seres que la rodeaban, cristalizó en lo que hoy conocemos como Enkhthys. Su creación no fue un acto intencional de Éliot, sino el resultado de una distorsión en la fractura de su ser. La energía que normalmente habría dado vida a una criatura tomó forma en el material inerte de Orkalon, creando una anomalía única, una roca que no respira pero que es capaz de dominar a quienes lo hacen.
El último registro conocido de la piedra data de siglos atrás. Se cree que Enkhthys fue resguardada en lo profundo del desierto de Haldor, una vasta extensión de arena y rocas, impenetrable y hostil. Allí, la piedra yace oculta en una ciudad perdida, cuyas ruinas solo son conocidas por las leyendas locales. Ningún explorador que haya intentado encontrar la ciudad ha regresado para confirmar su existencia, y el verdadero paradero de Enkhthys permanece envuelto en misterio.
Eso fue hasta que aquellos miembros del pueblo de la secta de alguna forma encontraron esa piedra cuando fueron a explorar.
Con eso, ahora solo faltaba reunir a todas las anomalías existentes. Resulta que el padre de John que se llamaba henry, el anterior líder de la secta había sufrido cosas muy malas de pequeño, y el, cuando conoció a uno de sus amigos, ese amigo le contó sobre la secta, y el objetivo y lo de Eliot, lo que hizo que el se metiera al culto, a diferencia de su padre, Henry con su hijo era un amor de persona, solo pocas veces se enojaba con su hijo.
ExLíder de la secta:
John hijo mio...quiero que me prometas algo
-Dijo el padre a su hijo John en una de las muchas casas del pueblo-
John de 10 años:
¿Qué es eso padre?
ExLíder de la secta:
Quiero que seas fiel a la religión que te eh estado llevando, quiero que te acerques lo más posible al objetivo, juntar a todas las anomalías para traer devuelta a Eliot.
John de 10 años:
Pero tengo miedo papá me has contado sobre esas cosas y sobre ese tal Eliot, me da miedo, como sabremos si el será pacifico?
Exlider de la secta:
Es normal sentir miedo, se que es ponerte un gran peso encima que cuando te toque asumir el liderazgo, tendrás dificultades, pero se que lograras superarlas, por mi y por la humanidad.
John de 10 años:
Está bien padre...aunque la idea me asusta, prometo llevar a cabo lo que me pediste, trataré de acercarme lo más posible.
Narrador:
Y ahora en la actualidad John miraba a los duendes con una sonrisa de victoria.
John:
Ahora...ustedes me van a ayudar. Necesito que encuentren alguna otra anomalía, ojo, anomalía debe ser algo que no sea forma humana pero parecido, puede ser cualquier otra criatura que sea parecido a ustedes.
Todos los duendes:
Si amo.
John:
-El se estaba marchando de vuelta al pueblo pues debía volver al lugar donde se escondía el culto-
(Ahora con los duendes de mí lado solo necesito encontrar más anomalías y antes de revivir a Eliot deberé encargarme de esa mocosa y su grupito de amigos)
Narrador:
Joel, Luis y Natsuki regresaron a donde vivían en el pueblo. Joel les contó la información a Luis y Natsuki.
Joel:
Parece que ellos quieren traer de vuelta a un tipo llamado Eliot.
Luis:
¿Pero ellos son imbéciles o que? Como pueden confiar en que esa cosa será buena con ellos?
Natsuki:
De todos modos, debemos estar alerta, hasta ahora solo hemos encontrado una anomalía, quizás cuántas existan en el mundo.
Luis:
-El se levanta de la silla y va a cerrar las cortinas, nota que hay algo raro, hoy hay luna roja-
¿Hoy había eclipse?
Natsuki:
No, ¿Por qué lo dices?
Luis:
La luna está roja
-Luego de que dijo eso, la armadura azul emergió desde dentro de el, y envolvió al portador-
Joel:
No me jodas
-El se levanta también de la silla y mira la luna. Y nota que además de estar roja, tiene un brillo más apagado-
Natsuki...Luis
Luis:
¿Qué sucede?
Natsuki:
Oigan no me pongan nerviosa, ¿y por qué Luis el nexo te puso la armadura si no hay peligro?
Luis:
Me está diciendo en mí mente que siente peligro apenas vi la luna roja
Joel:
Verán, una de las historias que me contó el viejo...era una sobre que trataba sobre que aveces, la luna roja aparece en este pueblo aunque no haya eclipse, y durante la luna roja, salen vampiros a cazar...puesto a que hay desapariciones que no dejan rastro alguno...
Luis y Natsuki:
-Se sorprenden mucho de lo que dijo Joel-