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Chapter 2 - 01: DESIRE

Callejón Nocturno, freya Floristería - Septiembre de 1990

La luz tenue de la floristería familiar apenas iluminaba el frasco de senisas que reposaba sobre la mesa. Sus pétalos marchitos eran un recordatorio constante de lo que había perdido. A su lado, la carta de Hogwarts yacía como un símbolo de un futuro incierto, una promesa que parecía burlarse de mí.

Susurré para mí mismo, "11 años y 9 meses han pasado desde que renací como Diego Brando." La ironía no se me escapaba; en mi vida anterior, había sido un hombre de 24 años, huérfano y sin nada. Escapando de una casa hogar a los 12, me vi obligado a enfrentar un mundo cruel por mi cuenta.

El eco de mis trabajos pasados resonaba en mi mente: albañil, recolector de basura, lavador de loza… cada uno más desgastante que el anterior. Me convertí en un experto en sobrevivir en este mundo asqueroso donde las oportunidades eran escasas y la dignidad aún más. Pero todo eso cambió cuando una bala perdida reventó mi cráneo en medio del fuego cruzado en un enamoramiento entre carteles.

Y entonces desperté, como un niño de dos años en brazos de una mujer hermosa: mi madre. Su amor era algo que nunca había esperado experimentar. Por primera vez, sentí el calor que sanó las heridas profundas dentro de mi alma. Pero esa felicidad fue efímera; Dragón Pox se llevó a mi madre y con ella se desmoronó todo lo que había construido.

La rabia burbujeaba dentro de mí mientras miraba por la ventana hacia el Callejón Nocturno. "Esta maldita sociedad," murmuré con desprecio, "las malditas personas que convirtieron a mi madre en una trabajadora de bajo nivel…" Mi voz se tornó fría y distante al recordar su sufrimiento.

"BLACK," juré con determinación, "juro que algún día reclamaré todo lo suyo." Pero antes de eso, necesitaba jugar mis cartas con astucia. La magia era real aquí; Hogwarts me esperaba y yo no iba a dejar pasar esta oportunidad.

Con un suspiro profundo, tomé la carta entre mis manos y la observé detenidamente. Era hora de prepararme para lo que vendría. Este mundo podría ser cruel, pero yo también tenía mis propios poderes ocultos esperando ser desatados.

"Para Diego Brando," murmuré para mí mismo con una sonrisa arrogante dibujada en mis labios. "El futuro más brillante está reservado para aquellos que están dispuestos a tomarlo."

Siempre he sido un genio del trabajo duro. Desde que tenía cinco años, entrené mi cuerpo y mente para ser el mejor en todo lo que hacía. Mi madre, consciente de que el tiempo se le escapaba debido a la enfermedad, me enseñó todo lo que pudo. Cada lección era un regalo, cada entrenamiento una forma de prepararme para un mundo que no perdona.

Terminé de leer la carta de Hogwarts y la tiré a la chimenea con desdén. "¿Qué saben ellos de mí?" pensé mientras cruzaba los brazos y miraba al cielo a través de la ventana. Una sonrisa burlona se dibujó en mi rostro al ver una estrella fugaz atravesar el firmamento. "Desear tener ese estúpido sistema que tienen los protagonistas de las historias que leía en mi teléfono," me reí para mis adentros, sintiendo lo absurdo de mi propio deseo.

Con un suspiro resignado y una risa irónica, me despedí de mi madre, cuyas cenizas descansaban sobre la chimenea junto a una imagen de ella sonriendo. Era un ritual silencioso que realizaba cada noche antes de dormir. Entré a mi habitación y me cambié a mi ropa de dormir; estaba cansado. Los trabajos eran difíciles y agotadores, pero necesitaba el dinero para sobrevivir. Me recosté en la cama, sintiéndome más pesado por el peso del mundo sobre mis hombros.

Una vez más, bufé en burla ante la idea de un sistema que pudiera ayudarme a alcanzar mis metas. "Sistema… ja, como si eso existiera," murmuré con desdén. "¿Qué tengo que decir? Abre estado… Jahaj… ¿qué mierda?" En ese instante, frente a mí apareció una pantalla brillante que me dejó sin palabras. La interfaz era clara y concisa: Sistema de Jugador Activado. [Bienvenido, Diego Brando].

La incredulidad se apoderó de mí mientras mis ojos recorrían la pantalla. "No puede ser…" murmuré, sintiendo cómo mi corazón latía con fuerza en mi pecho. Este era el tipo de cosa que había deseado en voz alta como si fuera un niño pequeño pidiendo un juguete. "Esto es real," pensé mientras una mezcla de emoción y arrogancia comenzaba a burbujear dentro de mí. "Finalmente tengo una oportunidad."

Con renovada determinación, me senté en la cama y comencé a analizar las opciones disponibles en el sistema. Sabía que debía aprovechar esta oportunidad al máximo; no solo por mí mismo, sino también por mi madre y todo lo que había perdido. "Si esto es real," dije con una sonrisa desafiante en mi rostro, "entonces me convertiré en el ser más fuerte y poderoso que este mundo haya visto.

Observé la pantalla con incredulidad, tratando de procesar la información que se desplegaba ante mis ojos. "Usuario: Diego Brando Black. Edad: 11 años. Vitalidad: 1000/1000. Mana: 1800/1800. Fuerza: 20. Velocidad: 28. Agilidad: 22. Resistencia: 100. Inteligencia: 154. Sabiduría: 188. XP: 0000/2990. Lv: 6. Lv mundial: Jostar / Alumno de 1er año de Hogwarts."

"¿Qué demonios…?" murmuré, levantando las cejas al darme cuenta de que mi estúpido deseo se había hecho realidad. La pantalla seguía mostrando un mensaje que me dejaba aún más atónito: "Felicidades, la diosa de la estrella Calipto aceptó tu reto y te concedió un sistema de jugadores." La idea de que una diosa me otorgara poder sonaba surrealista, pero en este mundo lleno de magia, no podía descartar nada.

Mientras contemplaba el mensaje, una nueva pantalla apareció ante mí, mostrando una barra de carga que avanzaba lentamente con el texto "Análisis mundial en curso…". La diosa Calipto parecía encontrar curiosidad y entretenimiento en las historias que habitaban mi mente. "Como es una diosa generosa," continuó el mensaje, "te otorgará un poder relacionado con este mundo a cambio de todo el contenido entretenido dentro de tu cabeza…"

Sentí una mezcla de emoción y ansiedad al preguntarme qué significaría eso para mí. Pero antes de que pudiera reflexionar más, otra notificación apareció en la pantalla: "… Generando Stand… Relación encontrada…"

"¿Stand?" pensé, recordando vagamente algo sobre eso en las historias que había leído...¡Jojos!. Mi corazón latía con fuerza mientras esperaba ansiosamente el resultado. "Felicidades, obtuviste Scary Monsters." La confusión me invadió por un momento. "¿Scary Monsters?" Sin embargo, no podía negar que cualquier ayuda era bienvenida; si la diosa Calipto me ofrecía esto, no iba a rechazarlo.

"Si me das la fuerza que quiero," dije con una sonrisa arrogante y decidida, "hasta te crearía un culto." La idea me pareció divertida; después de todo, si iba a ser poderoso, podría hacer lo que quisiera.

Con renovada determinación y un brillo en mis ojos, comencé a explorar mi nuevo sistema. Sabía que debía aprender a usar Scary Monsters y cómo maximizar su potencial para convertirme en el ser más fuerte del mundo .

Miré la información sobre Scary Monsters y, de repente, un clic resonó en mi mente. Sin pensarlo dos veces, corrí al baño. Me miré en el espejo y mis ojos se abrieron como platos al recordar JoJo's Bizarre Adventure: Steel Ball Run. Era la calca del Diego Brando de esa historia.

"Entonces, Scary Monsters estaba destinado para mí…" murmuré, sintiendo cómo una oleada de realizaciones me golpeaba. Si mi apellido era Brando, eso significaba que este mundo también tenía sus propias versiones de los Joestar. Eso cambiaba las cosas y explicaba muchos sucesos relacionados con mi padre. Pero… ¿dónde estaban los Cruzados? No había oído nada malo en El Cairo. Tal vez todo eso pasaría en el futuro, dado que este era un mundo crossover.

Suspiré mientras seguía revisando la información de mi Stand. Al parecer, varias habilidades estaban bloqueadas. A diferencia del original, mi Stand tenía la capacidad de adaptarse y evolucionar. Actualmente, solo tenía desbloqueado un 10% de su poder y acceso a una habilidad llamada Morph, que me permitía transformar mi cuerpo en un dinosaurio, ya fuera completamente o como un híbrido.

Mientras me transformaba, aumentaba mi resistencia, fuerza, velocidad y visión; además, podía comer cualquier cosa. La idea era tentadora y aterradora a la vez. Sin embargo, al intentarlo ahora mismo, solo lograba que escamas y garras emergieran de mis manos y hasta de mi brazo. Mis ojos se volvían reptilianos y mis dientes se convertían en colmillos afilados.

Desactivando el poder antes de que pudiera asustarme más con mi propia imagen reflejada en el espejo, decidí preguntar al sistema si había alguna guía o tutorial disponible para aprender a controlar estas nuevas habilidades.

[Guía disponible: "Introducción a Scary Monsters y el muno de los Stand"]

Las próximas diez horas fueron una mezcla intensa de aprendizaje y agotamiento. Me sumergí en cada detalle sobre cómo dominar mi Stand y sus capacidades. La información fluía como un torrente; cada palabra parecía grabarse a fuego en mi mente.

Finalmente, caí rendido al cansancio sobre la cama. Mi cuerpo estaba exhausto por el esfuerzo mental y físico que había realizado durante ese tiempo. Pero no podía dejar que eso me detuviera; sabía que esto era solo el comienzo.

"Si quiero reclamar lo que es mío," pensé mientras cerraba los ojos para descansar, "debo ser más fuerte." Y así fue como me dejé llevar por el sueño, con la determinación ardiendo dentro de mí.