Hacer lo correcto. Para ella eso siempre fue su lema, no obedecer órdenes de nadie y hacer lo correcto sin importar cuan terrible fuera. Aunque trabajaba para el equipo Zero, todos dentro y fuera de la Alianza Interplanetaria sabían que los Zero eran una fachada, no eran un equipo sino mercenarios que actuaban por cuenta propia bajo la protección de un estado paternal y bondadoso que buscaba lo mejor para la galaxia. Sin embargo, lo que Zero One estaba por realizar iba incluso más allá de lo que a los Zero se les estaba permitido hacer e incluso podía rozar con una acción digna de un Kantiano antes que de un miembro de la Alianza Interplanetaria. Pero no le importaba, era por un bien mayor, siempre era por un bien mayor. Y en este caso se trataba de elegir entre una vida o un billón. Una difícil decisión que no tenía el derecho de tomar, pero que igual iba a tomar porque si no lo hacía entonces nadie más lo haría. Cerrando sus ojos Zero One recordó como comenzó este dilema moral que dentro de poco terminaría, de un modo u otro.