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Chapter 15 - Capitulo 15

"¡Magia especial de manipulación sanguínea!"

"¡Orbe de sangre!"

"¡Brmmmm!!"

Un pequeño remolino carmesí, comenzó a formarse alrededor de la palma de la mano de Abel.

El remolino comenzó a girar alrededor de su palma, formando lentamente un pequeño orbe carmesí que mostraba un hermoso brillo en su interior. 

Esta pequeña cosa era lo que se catalogaba como magia, magia de sangre pero a fin de cuentas seguía siendo magia.

"Aqui estas... Mi habilidad única e inigualable. MI magia verdadera"

"¡Magia sanguínea!""

La magia de sangre no era una magia igual a las magias que comúnmente se utilizaba en este mundo, esta magia era completamente diferente y tenia un uso y una formación diferente a cualquier magia conocida.

Mientras que la magia convencional gastaba el núcleo mágico de mana para poder utilizarse, la magia sanguínea gastaba la sangre del propio usuario, siendo una magia riesgosa y sumamente complicada de comprender, no solo era utilizar magia si no que también tenias que suministrar tu propia sangre para no morir por insuficiencia sanguínea.

Lo peor del caso, es que el cuerpo requería sangre para poder coexistir y necesitaba una cantidad adecuada de sangre para no verse debilitado por su propio funcionamiento, así que el cuerpo requería encontrar sangre nueva para poder funcionar como era debido, por lo que cada cierto tiempo la sangre debía ser cambiada para que el cuerpo de Abel estuviera sano, ya sea absorbiéndola o chapándola como si fuera un vampiro.

Era una habilidad bastante complicada de sobrellevar, sin embargo, las diferentes experiencias de vida de Abel le hicieron comprender mas allá de lo que se podía entender a simple vista.

Gracias a dichas experiencias vividas, el conocimiento de Abel aumento considerablemente respecto a su propia habilidad. Durante sus años donde vivió en este infernal bucle infinito su conocimiento sobre su habilidad aumento considerablemente, ahora que sabe sobre dicho conocimiento Abel ahora sabe un poco mas de como entrar dicha habilidad y también del como utilizar dicho poder.

Lo que antes era su maldición ahora era su nueva ventaja sobre todos los demás, gracias a ese bucle que lo persiguió durante todos estos años, Abel ahora tenia una enorme ventaja sobre el funcionamiento de su habilidad.

Una sonrisa creció en su rostro al saber que ahora tenia una enorme ventaja sobre sus hombros, no solo era el hecho de que sabia como funcionaba su habilidad, si no que ahora tenia total control sobre las adversidades que esta pueda causarles ya que ahora tenia demasiado conocimiento sobre esta increíble pero peligrosa habilidad, por supuesto que estaba feliz y su sonrisa en su rostro lo demostraba.

"Es momento de sufrir y enfrentar el camino de la grandeza, es momento de convertirme en el mas poderoso de este mundo para tomar mi venganza contra el bastardo del héroe... Ya lo veras, me vengare de todas las escorias de este mundo..."

Había un largo camino que recorrer, pero Abel estaba decidió a seguir el camino que había plasmado desde un inicio.

Vengarse del héroe y de todos aquellos que lastimaron su orgullo.

Iba a ser complicado y un tanto duro seguir dicho camino, pero Abel estaba dispuesto a sufrir intentandolo, sin importar nada iba a vengarse de esos infelices, de esos infelices que lastimaron su persona.

Apretó su puño y juro a los cielos que iba a concretar su venganza, una vengaza que iba a disfrutar como nunca, sin embargo, por ahora tenia un camino que recorrer, uno dolores donde primero tenia que sufrir para poder alcanzar la cima.

"¡Toc. Toc!"

"¡¿Eh?!"

"Soy yo, voy a pasar...."

"¡Mierda!"

Alterado, Abel inmediatamente desactivo su magia y rápidamente se recostó sobre la cama, no tuvo tiempo de siquiera pensar de quien era la voz. Simplemente devolvió todo a la normalidad y actuó como si estuviera descansado.

Fue rápido y gracias a eso logro hacer todo sin que nadie se percatara de lo que había sucedido hace un momento.

Abel se recostó en la cama y al momento de acostarse en ella la puerta de su habitación se abrió repentinamente.

De la habitación una hermosa mujer se mostro frente a sus ojos, tan bella como el sol y con un brillo que deslumbraba mas que la misma luz.

"Amelia..."

Era la princesa Amelia quien se mostraba en la habitación de Abel.

Su rostro era tan frio y hermoso como siempre.

Su belleza era sin igual y a pesar de que su mirada era tan fría como el hielo, Amelia seguía siendo una chica hermosa en todos los aspectos, incluso teniendo una mirada seria se veía bastante hermosa.

Era literalmente una chica de otro mundo.

"...."

Amelia comenzó a mirar para todos lados asegurándose de que nadie estuviera vigilándola.

Abel aun no entendía por que ella estaba en este lugar, sin embargo, no dijo nada y simplemente guardo silencio mientras miraba sus acciones.

Abel espero a que Amelia terminara de hacer lo que estaba haciendo y le explicara él por que de su inesperada visita. 

Cuando Amelia termino de mirar la habitación de Abel por completo, ella cerro la puerta con llave, tomo una silla y se sentó justo a lado de donde estaba acostado Abel.

Fue algo extraño y un tanto incomodo para Abel. Él simplemente no estaba entendiendo nada y simplemente miraba a Amelia intentado encontrar una respuesta acerca de lo que estaba sucediendo ahora mismo.

Tenia entendido que ella lo odiaba entonces -¿Por qué esta aquí?-

"¿Qué haces aquí?"

Pregunto Abel pero ella simplemente siguió guardando silencio, su mirada era fría y lo único que se podía percibir en su rostro era un enorme rencor que yacía desde lo mas profundo de su corazón.

Abel sudo frio mientras pensaba lo peor. 

"¿Acaso vienes a matarme ahora que estoy d-débil?"

"¡No soy un monstruo!"

Abel dijo con algo de miedo y Amelia un tanto ruborizada le grito que ella no era ni un monstruo.

Abel se tranquilizo al escuchar sus palabras, sin embargo, no pudo evitar preguntar.

"Entonces. ¿Por que estas aquí?"

Tenia dudas sobre por que ella se encontraba en su habitación, pensaba que ella la odiaba, así que se puso a pensar el por que de su inesperada visita.

-¿Acaso las cosas comenzaron a cambiar?-

-...-

-Quizás se sienta en deuda por que salve su vida en el incidente...-

-...-

-Tal vez viene a agradecerme. Si, supongo que viene por eso...-

Haciendo suposiciones, Abel pensó que quizás su visita se trataba por eso.

Viendo lo complicado que le era hablar, pensó que quizás ella estaba en un aprieto y no sabia como agradecerle por haberle salvado la vida.

Era un tanto lindo ver su rostro avergonzado intentado encontrar las palabras correctas para agradecerle por lo que había él había hecho por ella.

No dijo nada y se guardo sus comentarios para él.

"....."

"D-Debo agradecerte por lo que hiciste... Ya sabes... Por salvar mi vida"

Su rostro estaba ligeramente ruborizado y giraba su mirada avergonzada para que Abel no viera su rubor, Abel se quedo ligeramente pasmado mientras miraba esta extraña faceta de Amelia que pocas veces había visto durante sus ya mas de 50 vidas en este mundo, era extraño pero un tanto agradable recibir algo mas que solo insultos, verdaderamente era agradable de sentir la gratitud de las personas.

"No hay de que.... Realmente lo hice por instinto sin saber lo que estaba a punto de suceder, solo era un presentimiento y extrañamente logre sentirlo en ese momento..."

"Quizás solo fue suerte que nuestras vidas se hayan salvado, yo realmente no tenia idea de lo que iba a pasar, solo hice lo que mi mente me dijo que hiciera, sobrevivir..."

Abel tenia una sonrisa cansada en su rostro, no mentía y eso molestaba ligeramente a Amelia.

Aun no le creía y pensaba que solo estaba siendo modesto con sus palabras, sin embargo, sus palabras sonaban convincentes y no había otra cosa mas que creerle.

"Realmente fue solo eso o estas tratando de ser modesto para agradarme"

"Para nada, realmente no tengo interés en hacerte caer en mi gracia, solamente digo lo que realmente sucedido sin ganas de alardear en nada, si algo me caracteriza es que no me gusta alardear sobre mis capacidades y menos cuando realmente no se lo que sucedió, simplemente fue mi instinto de supervivencia, nada mas que eso..."

"...."

Eso era una total mentira, nadie tiene un instinto de supervivencia tan grande como para prever que dicho suceso iba a suceder de dicha manera, cualquiera que no tenga el poder suficiente para defenderse habría muerto en un instante, lo que realmente sucedió fue su instinto de muerte se había activado, Abel ha muerto mas veces de lo que un humano puede morir y soportar, sus mas de 50 muertes, lo habían llevado a predecir lo que iba a suceder, el instinto de saber que la guadaña esta sobre tu cabeza le hizo sentir algo que naturalmente no debería ser capaz de sentir.

La muerte lo seguía y por ello pudo predecir lo que iba a suceder, ese sentimiento de que iba a morir le había advertido que su muerte estaba a punto de suscitarse y fue ese sentimiento lo que realmente le dijo que hiciera lo que había hecho, simplemente tenia otro sentido que nadie podía tener a menos que experimentaras la muerte en carne propia.

Morir tantas veces, le otorgó la capacidad de saber si su muerte estaba a punto de suceder, ya sea por un mal presagio que sentía o simplemente por algo que le daba mala espina a su persona.

La muerte lo seguía y ahora formaba parte de él como su única e inigualable amiga. La muerte ahora seria su compañera, aquella que iba a avisarle todo acerca del final de su vida...

"Aun así, muchas gracias por haberme ayudado, sin ti, probablemente ahora estaría muerta... De todo corazón, muchas gracias por salvarme la vida..."

"...."

"Ya sea que lo hayas hecho por que estamos comprometidos o simplemente por instinto, yo verdaderamente estoy agradecida contigo, Abel, muchas gracias por ayudarme..."

Ella agradeció de todo corazón lo que Abel había hecho por ella, no importaba si él por que lo había hecho, lo único que importaba era que fue salvada por él y sin duda alguna estaba sumamente agradecida por el gesto que Abel había hecho.

Aunque fue un poco, el interés y el respeto que ella tenia por Abel había aumento ligeramente.

Ahora era alguien un poco mas interesante para ella, quizás valía la pena conocerlo aunque sea un poco mas, al menos era lo menos que ella podía hacer para demostrar su gratitud, era orgullosa y un tanto tereco con lo que ella pensaba, pero podía intentarlo al menos por esta vez.

Conocerse no significaba que lo aceptara como su esposo, estaba en contra de este matrimonio y probablemente nunca iba a aceptarlo como su prometido, sin embargo, la amistad aun podía florecer y ella pensaba que quizás no era tan malo hacerse amigo de alguien como él, después de todo, él era mas interesante de lo que planeaba.

"Esta bien princesa, acepto tu agradecimientos"

"Sin embargo, dudo mucho que vengas aquí solo para agradecerme"

"...."

"Exactamente, ¿Qué es lo que deseas de mi, princesa?"

"...."

"Mmm...."

"Supongo que mis intenciones son bastante fácil de predecir, ¿eh?"

"..."

"Pero en fin, supongo que tienes algo de razón, si bien estoy agradecida y realmente vengo a agradecerte de todo corazón por lo que hiciste, mi propósito al visitarte es otro"

"Supongo que quieres saber lo que sucedió, ¿cierto?"

"Exactamente.... Quiero saber lo que esta pasando"

"¿Tienes una idea de lo que sucede?" Amelia preguntó con un rostro repleto de preguntas.

"...."

Abel guardo silencio y pensó un poco antes de saber si debía decirle lo que sucedía, no era algo fácil de decir y no sabia como es que ella podia reaccionar al saber que el abismo había vuelto.

El abismo era algo que todos conocían y era el terror de las razas que habitaban este basto mundo, no era algo que se podia tomar a la ligera y sin duda alguna, todos temían de su terrorífico poder.

Abel dudo un poco sobre lo que tenia que hacer, sin embargo, sabia lo fuerte que era esta chica y sabia que no iba a reaccionar de mala manera si se lo decía, así que pensaba que decírselo no era tan mala idea viniendo de alguien como ella.

"...."

"Se lo que pudo haber pasado..."

"¡¿De verdad?!"

"¡¿De que se trata?!"

Ella estaba bastante entusiasmada por saber exactamente lo que sucedía, su rostro estaba brillando, esperando la respuesta que Abel tenia sobre lo que sucedía.

Abel guardo unos segundos de silencio, tomó un poco de aire, suspiro ligeramente y luego le dijo su teoría.

"Mi teoría es simple..."

"¿?"

"Son criaturas del abismo"

"¡¡!!"