Al día siguiente fui de regreso a la cabaña de Melissa en la pequeña aldea de Borg.
Melissa me recibió esta vez con gratitud abriendo la puerta de su cabaña y dejándome sentarme en un cómodo sofá cerca de una chimenea muy caliente, a diferencia de la vez pasada donde por poco y me lanza un peligroso hechizo.
"Melissa, es bueno volverte a ver," dije sentado en el sofá
"Su majestad qué se le ofrece, a qué ha venido está vez, acaso el libro ha sido confiscado?"
"No, nada de eso Melissa, todo está bien con el libro, me preguntaba si estás dispuesta a trabajar para mi extrayendo los cristales de Bering de alguna mina que tengas conocimiento."
"¿Cristales de Bering?" dijo ella.
"Así es," respondí, "leí en tu libro de Alquimia que los cristales de Bering funcionan como la fuente de energía de la magia, necesitamos de esos cristales pues son la materia prima de la civilización mágica. Una de las minas la tenemos sin operación debido a que se han acabado los yacimientos de cobre, pues resultó que habían muy pocos metales en esa área, sin embargo, tengo la idea de comenzar a rastrear yacimientos de cristales de Bering en ese lugar, puesto que en el libro se mencionó que estos cristales suelen encontrarse en el mismo lugar que el cobre."
"Su majestad, tiene razón que los cristales de Bering suelen encontrarse en áreas cercanas al cobre, pero yo tengo una mejor idea."
"Cuál es esa idea, pregunté."
"Existen unos ricos yacimientos de cristales en el bosque de la aldea de Borg, cerca de un pequeño arroyo de agua cristalina. Antes de las persecuciones de brujas, nosotros solíamos ir al riachuelo a tomar cristales pues toda esa área está enriquecida con ese material mágico.
Solíamos tomar esos cristales y usarlos para todo tipo de pociones para nuestras aldeas, generalmente para la producción de medicina mágica y para la generación de fuego para calentarnos durante los tiempos del fuerte invierno, sin embargo, después de que nos comenzaron a perseguir, ese bosque quedó cada vez más abandonado, escondiéndose de entre la maleza."
"Melissa, ¿entonces, conoces la ubicación de esos yacimientos de cristales de Bering?, vayamos pues a ese lugar."
"Con gusto su majestad."
En eso, me levanté del sofá y comencé a seguir a Melissa a las afueras del castillo. Dentro de su pequeño jardín ella levanta una gran escoba con sus dos manos y procede a colocarla entre sus piernas.
"Suba," dijo ella, "vamos a volar. No se preocupe, la escoba es bastante segura."
¿Realmente voy a volar en una escoba mágica de bruja? Yo me sentía un poco inseguro por volar ya que jamás en la vida había imaginado con estar encima de una escoba de bruja, pero bueno, decidí intentarlo por primera vez. Así que pongo la escoba entre mis piernas y me siento justo detrás de Melissa, sujetándome de sus hombros.
"Sujétese fuerte, su majestad," dijo Melissa y la escoba rápidamente comenzó a elevarse por el cielo. Se elevó cada vez más y entre más se elevaba, más me sujetaba de las ropas de Melissa pues sentía que iba a caerme.
Voló tan alto que podía incluso respirar las nubes del cielo que impactaban contra mi rostro. Podía ver incluso las grandes montañas que yacían en las fronteras del reino, también alcancé a ver lagos, ríos y varias montañas nevadas a esta altura. Los distintos pueblos y asentamientos eran visibles, podía apreciarlos como si fueran miniaturas. Debido a la altura, sentí un poco de vertigo así que me sujeté fuertemente de la cintura de Melissa.
"Es ahí abajo," dijo Melissa apuntando con su dedo índice. Yo apenas podía ver el bosque que estaba debajo de nosotros ya que algunas nubes estorbaban mi visión.
"¿Dónde? no alcanzo a ver," dije.
Melissa, comenzó a bajar poco a poco hasta que la niebla de las nubes se disipó y logré ver un espeso bosque lleno de árboles de roble que cubrían casi completamente el suelo.
"No entiendo, Melissa, es solo un bosque como cualquier otro. ¿Dónde están los yacimientos de los cristales y el riachuelo de donde solías obtenerlos?"
"En este bosque, los cristales surgen de manera natural dentro de la tierra, cerca de aquí debe de estar el riachuelo. dijo Melissa. Simplemente puedes descubrir los cristales de Bering cavando una zanja en cualquier lado de este bosque, no hace falta cavar muy profundo.
Luego, Melissa comenzó a volar cada vez más bajo, hasta que aterrizamos en una pequeña colina verde llena de flores amarillas. Ahí mismo, entre unas piedras encontramos un riachuelo del cual emanaba una luz muy brillante.
"Mira Melissa, ahí está el riachuelo y mira qué brillante es."
"Sí ahí está su majestad, y ese brillo no se debe al agua cristalina solamente, sino a los cristales que están depositados en el fondo del agua."
Luego de haber bajado de la escoba, me dirigí hacia el riachuelo metiéndo mi mano derecha en esa dulce agua transparente. Comencé a escarbar un poco haciendo a un lado la arena blanca que yacía en el fondo, hasta que comencé a ver algo que brillaba cada vez más y más. Con mi mano comencé a sacar un bello cristal de transparente con una tonalidad un poco verdosa.
"Mira Melissa he encontrado un cristal de Bering. Todo este arroyo está lleno de estos cristales mágicos. Creo que ya tenemos los cristales suficientes para levantar la gran muralla de la ciudadela. Sin embargo no tengo la menor idea de cómo funciona la mágia de los cristales, no sé cómo puedo extraer sus poderes."
"Melissa, si no es mucha molestia, me podrían explicar, al menos con palabras simples, ¿cómo funciona la magia? ¿cómo se usan estos cristales?"
"Por supuesto que sí, su majestad," respondió Melissa acercándose a mí con su escoba en una mano.
"La magia requiere de dos cosas, de los cristales que son la fuente de energía y del idioma Zindar, el cual es el idioma de la magia y sirve para darle órdenes a esa energía sobre cómo debe de comportarse.
Lo primero que debemos de hacer es recitar las palabras en Zindar y la energía del cristal se manifestará de diferentes maneras, ésta manifestación puede ser a manera de levitación de objetos, también puede ser la generación y el control del fuego, el control de los metales o incluso puede ser la generación de metales a partir de otros metales. Se pueden hacer gran cantidad de cosas pero siempre y cuando tengamos estos dos elementos, Los cristales y la pronunciación del Zindar. Ahora para procesos que requieren mucha repetición, es bastante ineficiente repetir todo el tiempo el idioma Zindar por lo que podríamos escribir las órdenes en Zindar en un papel cualquiera, le prendemos fuego y este proceso se repetiría hasta que la llama del fuego se terminase de consumir."
"¡Excelente!" dije sorprendido. "Entendí cada palabra de lo que me dijiste Melissa, eres una genio. De verdad estoy impactado. Tu conocimiento es de gran ayuda para nuestro reino."
"Seguro, su majestad," respondió Melissa mientras yo le acariciaba la cabeza y ella sonreía sutilmente.