En el bar De Cell Sell, la Barmaid acababa de despedir al Bartender por hoy. Cerró el bar y comenzó a limpiar con tranquilidad mesa por mesa con un humor especialmente bueno.
Mientras tarareaba una canción muy hermosa que hoy habían tocado los músicos, se sentía como volando y no era un problema tanto reguero del día anterior. Aunque tenía sueño por pasar toda la noche desvelándose, ya estaba acostumbrada. Además podría dormir cuando terminara aquí.
Mientras limpiaba, un hombre alto de apariencia normal con cabello marrón entro al bar desde la puerta trasera. Dándole un vistazo, solo sonrió y le asintió.
El hombre hizo lo mismo. Este era Marcos, un compañero suyo, sabía lo cansada que debía estar, así que no dijo nada innecesario y fue enseguida hacia la bodega por lo que quería.
Al entrar y mirar a la esquina del estante, Marcos no vio lo que estaba buscando, con el seño fruncido se acercó. Rebusco entre los alrededores y aun no lo encontró. Salió de la bodega con algo de inquietud en su rostro.
—Heina, dónde está el frasco negro con una marca extraña que dejé en la bodega? —Hizo una expresión como de recodar—. Recuerdo decirte que era muy importante y no tenías que tocarlo.
Heina, la Barmaid, con confusion en su rostro continuo limpiando:
—Es solo una botella. Que más da?
—Mucho. Esa botella es una Marca —dijo Marcos.
—Q-que? —Una sonrisa inquieta se formó en su rostro.
—Una Marca —repitio Marcos con paciencia—. Ahora bien, dónde está?
La sonrisa de Haina se quebró.
—N-no me vas a creer. —Moviendo sus ojos nerviosos, notó el ceño fruncido de Marcos—. Se la di a un cliente…
—Estas bromeando, no? —Marcos la miró con indiferencia.
—No…
—¡Mierda!
Un chillido escapó de la boca de Heina por la reacción violenta de Marcos. Mirando a Heina con su rostro lleno de culpa, Marcos se llevó la mano a su cara.
—Recoje lo que haya entrado en contacto directo con el, un vaso, lo que sea. Traelo. —dijo
—Esta bien… —resoondio ella.
Marcos entonces salió del bar por la puerta principal sin importarle nada. Heina lo siguió también cerrando la puerta con rapidez y un vaso en la mano. Daba gracias a dios que aún no se ponía a lavar los platos y vasos. Quizás ventaja de ser la única trabajando en el bar en este aspecto.
—Como se llama el cliente? Donde vive? —Pregunto Marcos.
—No se… Solo lo atendí normalmente. —Dijo.
Heina estaba llena de culpa, y Marcos con una cara enojada y preocupada camino más rápido, doblo unos cuantos callejones y en una fisura en particular, había un ladrillo mal puesto. Lo presionó y se abrió un hueco en la pared contraria, entro en cuclillas con Heina a cuestas, y luego la estructura se cerró sola.
Estando dentro, bajo unas escaleras. Alli encontró a dos personas, una mujer pelo rojo sentada en un mueble durmiendo pacíficamente y otra en una esquina con un montón de herramientas.
—Convoquen una reunión de emergencia —gritó Marcos apenas entró.
Los ojos curiosos de la mujer en la esquina siguieron a Marcos y la otra se despertó sobresaltada.
—Mierda… —dijo tomándose la cabeza de la terrible jaqueca.
—Que paso Marcos? —preguntó la mujer en la esquina—. Rara vez te veo así.
—Espera que se reúnan todos. Mándales un toque. No quiero repetirme. —dijo Marcos apurado.
La mujer le dedicó una mirada de brusquedad:
—Ya suenas como la Líder.
La mujer con la jaqueca se levantó del mueve y camino tranquilamente hacia ellos con la mano en la cabeza.
—Deja la tontería Mónica, manda el toque.
—Hah… Bien —dijo resignada.
Mónica se dirigió hacía la esquina donde estaba y comenzó a buscar entre la pila de escombros.
Marcos llegó al cuarto que usaba usualmente y encontró sin buscar mucho un espejo de plata. Heina quien estaba detrás de el junto a la mujer de la jaqueca, le dio una mirada de escrutinio.
—Este es un objeto mágico que me encontré por casualidad en un basurero. Alguien debió tirarlo sin saber su valor, tiene el poder de encontrar cosas perdidas —dijo alegremente, mirando su reflejo en el espejo—. Pero las condiciones son que solo se puede usar 3 veces y tienes que tener algo íntimamente relacionado a lo que estás buscando. Solo me queda un intento más
Notando la mirada de dolor de Marcos al decir eso, un pinchazo de culpa paso por el corazón de Heina. En cambio la mujer con jaqueca miro con más interés el espejo.
—No sabía que tenía un objeto así —dijo contemplativa.
—No te lo dije. —Resoplo Marcos—. Si lo supieras seguramente me lo pedirías para encontrar las llaves de tu casa o algo así después de una gran fiesta.
Sabiendo que lo que decía era verdad, Heina se rió suavemente, divertida. En cambio la mujer lo miro con molestia
—Es verdad lo que dice, Hannah —le dijo Haina.
—Por lo menos yo no perdería una marca —comentó Hannah.
—Q-que… Como sabes eso? —Haina le dijo sonrojada, casi gritando.
—A juzgar por tu expresión de culpa, la seriedad de Marcos y como está dispuesto a desperdiciar su último uso de su preciado espejito, tampoco es muy difícil decirlo —con una mano en la cintura dijo.
Marcos mirando todo esto solo pudo suspirar rindiéndose. En cambio, Haina quería buscar un hueco para esconderse de la vergüenza.
—Ah… Si! Pues te equivocas —replicó Haina en su defensa.
Hannah la miro con una mirada desde arriba y con una sonrisa propia de alguien que había ganado algo importante, le dijo:
—En que me equivoco? —Su mirada se dirigió a Marcos—. Estoy en lo correcto, no?
Marcos negó con la cabeza resignado.
—En realidad no la perdi! Se la servi a un cliente —Con una expresión victoriosa Haina se dirigió a Hannah.
Ante esto, ella la miró con la boca abierta. Como si estuviera mirado a un espécimen raro de un animal recién descubierto.
—T-t-tu hiciste que?! —la voz de Hannah era más aguada mientras decía.
El chillido de Haina no tardo en esperarse y salió corriendo. Detrás de ella, una furiosa Hannah la perseguía.
—Mocosa del diablo!
Marcos con un suspiro de cansancio salió hacia la sala y se sentó en una mesa que tenía 7 sillas. Mirando hacia la esquina a Mónica de pelo rojo neciar con sus herramientas, se sumergió en sus pensamientos.
Al poco tiempo, un hombre con un cortavientos negro entró en el escondite. Era alto y con pelo avellana.
—Buenos días a todos —dijo notando en la sala a Haina y Hannah pelear y a Marcos y Mónica mirarse profundamente. Aunque este último parecía más perdido en sus pensamientos.
—Buenos días Nano —dijo Marcos.
Las otras directamente lo ignoraron y continuaron en lo suyo. Acostumbrado a esto, Nano se sentó frente a Marcos y esperó.
Al poco tiempo llegaron a la vez un hombre mayor y una mujer hermosa.
El hombre tenía el pelo blanco y estaba flaco, como si pasara mucha hambre. Su mirada estaba algo perdida, pero lejos de la locura. En cambio la mujer de unos 25 años tenía unas grandes curvas y el pelo rojo también hasta las nalgas.
Su mirada sería daba una sensación de autoridad y sus ojos también rojos no tenían ni una pizca de inocencia.
Los dos tomaron asiento en la mesa donde estaban Marcos y Nano, y luego se le unieron los demas. Luego de estar sentado por un momento, todos se pusieron de pie a la vez menos la mujer.
—Buenos días, Lider. —dijeron conjuntamente.
La mujer sonrió con sus labios rojo carmín:
—Sientense mis pequeños. Es hora de pasar lista.
Marcos asintió y se sentó junto con los demás. Su líder tenía la costumbre de pasar lista para confirmar la asistencia de cada una de los miembros. Era una costumbre rara tomando en cuenta que podía ver a cada uno de ellos de una vez pero esto parecía darle tranquilidad y era tradición de su grupo así que lo hacían.
Lo primordial siempre fue cumplir las reglas, mientras cumplieran sus reglas y valores, siempre estarían bien. Le tomo una gran lección aprender esto.
—Nano.
—Aquí —levantó la mano Nano.
—Monica.
—Aquí —Levanto la mano.
—Ruder —Levanto la mano el viejo.
—Marcos.
Perdido en sus pensamientos, Marcos no escucho cuando se le llamaba. La lider le dedico una sonrisa y volvió a llamarlo con un poco más de fuerza. Marcos salio de su aturdimiento y levanto la mano de manera torpe:
—Lo siento líder. Estaba muy preocupado por el asunto de hoy.
—Ya hablaremos de eso. —Ella miró a todos uno por uno y continúo la lista.
Verificando que todos estaban presentes con un breve ejercicio mental, les dedicó a todos una sonrisa. Su sonrisa era hermosa y elegante, reflejaba lo verdaderamente feliz que estaba.
—Ahora si, por qué han hecho un toque? —lanzó la pregunta a todos.
Con una mirada rara en su cara, Marcos miró a Haina. Está al notar su mirada se puso nerviosa. Se levantó y con su voz algo apagado dijo:
—S-se trata de la Marca —Su mirada reflejaba culpa—. Por mi negligencia al no prestar atención a las instrucciones de Marcos, la confundí con ron y se lo servi a un cliente… Tampoco dio una específicacion así que simplemente le lleve lo primero que ví... Por qué parecía tanto a una botella de ron?
La mirada de la líder se entrecerró levemente y Ruder, que no había hablado aún, más allá de comprobar que había asistido, frunció el seño. Monica, que se acaba de enterar se le cayó la mandíbula de asombro.
—Hah… —suspiro cansada la Lider—. Realmente…
El silencio reino en la sala, mientras la Líder parecía reflexionar.
—Tu… —dijo Ruder con voz ronca— No sabes el valor de esa cosa?
Haina miró hacía abajo ante el regaño, pareciendo como un niño cuando lo pillan haciendo travesuras. Monica todavía en shock asintió a favor de las palabras de Ruder, en cambio, la Líder negó con la cabeza y abrió la boca:
—Haina, una marca es un bien muy preciado. Se que no estas involucrada directamente con las actividades de la pandilla, ya que te encargas del negocio del bar completamente, pero aún así… —Su entrecejo se arrugó levemente.
—Permiteme la palabra Lider —dijo Ruder molesto—. No era solo un bien preciado, era invaluable y también la única que teníamos, y nos costo muchísimo conseguirla. Todavía nos están buscando por esa cosa. Por eso la acultamos… Hah…
Ruder se llevó las manos a la cara, notando que su molestia no solucionaría nada. Notando esto la Líder miro al resto del grupo ahora incómodo. Sabían que estás situaciones eran inevitables. No siempre se podía estar bien, las dificultades iban a venir. Por eso también debía estar preparada.
—No es momento de quejarse. Ya sabemos que es imposible recuperar la Marca. Luego de su absorción, está le pertenece 100% al usuario sin importar si la tomó toda o no. —Hizo una pausa—. Desaparecerá con el incluso si lo matamos. Nuestra única opción es buscar a quien la absorbió y luego dependiendo de él, comenzar a tomar acciones. No podemos dejar un cabo suelto de esa manera.
—Sobre eso Líder, tengo un método para localizarlo, se trata de adivinación con espejo. Es un objeto extraordinario que me encontré en un evento fortuito —dijo Marcos.
La lider lo miro y asintió de acuerdo con su plan, a lo que Marcos miró a Haina cabizbaja. Está no noto su mirada.
—Haina, dame el vaso —dijo Marcos.
Haino levanto la cabeza desanimada y le entregó el vaso. Marcos entonces saco el espejo y lo puso en la mesa a la vista de todos. Todos miraban con curiosidad. Estos eventos no eran algo que comúnmente sucediera en sus vidas después de todo. Un objeto asi era una posesión valiosa y muy rara, usualmente tambié venian con muchas restricciones sobre su uso que incluso podrian dañar al usuario. Lo que les hizo prestar más atención.
—Que efectos negativos tiene? —preguntó la Líder.
—Solo se puede usar 3 veces y tienes que tener algo íntimamente relacionado a lo que estás buscando. Le queda un intento más —Repitió Hannah antes de que Marcos pudiera hablar.
La líder asintió y miró a Mónica.
—Tiene tan pocas restricciones debido a que es un objeto consumible. Generalmente no son así y sus restricciones son más violentas. Tiene mucha suerte, estos objetos son raros incluso entre los objetos Marcados —dijo Mónica, poniendo sus codos en la mesa para ver de más cerca.
—Que lastima que solo le quede un uso… —Dijo ruder con un suspiro.
Haina estaba inquieta mirando entre el espejo y Hannah, sentada al lado suyo. Hannah noto su mirada y la miro de manera inquisitiva.
—Oye Hannah, que hace una Marca? —dijo susurrando.
Hannah la miro como si viera a un fantasma.
—Debes bromear, de verdad no sabes?
—Solo se que da poderes y es muy importante… —dijo avergonzada.
—… Bueno, en esencia es eso… Una marca es como una bendición de Dios, hay muchos tipos y formas. Pero generalmente son gusanos, muy especiales. Yo tampoco lo sé muy bien, pero… Ya se, sabes los Benditos? Esos extraño simbolos son prueba de que ellos portan la bendición, la marca. Por eso se llaman así —respondió en voz baja Hannah.
—Eh? Sabia que tenían marcas pero no sabia que eran esos símbolos… En la matriz central transmiten todo eso como si nada, pero la mayoría ni lo sabe… —le dijo Haina a Hannah.